Del lunes 14 al viernes 18 se llevó adelante una nueva tanda de Ejercicios Espirituales en la Casa de Retiros de Junín de los Andes. Participaron 12 salesianos, entre ellos el Padre Inspector, Darío Perera, y dos directoras generales laicas.
Toda la semana fue animada por la cita bíblica de Isaías 54, que habla de cuando el pueblo estaba de nuevo en el exilio y tenía que recuperar la esperanza. La cita dice: “¡Ensancha el espacio de tu carpa, despliega tus lonas sin mezquinar, alarga tus cuerdas, afirma tus estacas, ensancha el espacio de tu carpa!”.
El primer día se inició a orillas del río Chimehuín. Allí se contempló la naturaleza y se puso atención en el fluir del agua.
Cada jornada fue animada por un salesiano diferente. Por la mañana se hacía un momento de oración con una provocación para que el Espíritu vaya obrando durante el día. Luego, cada participante rezaba de forma personal. Por la tarde, se hacía la celebración, en donde había un espacio para el discernimiento comunitario para que el Espíritu fuera obrando.
En la jornada del miércoles, los ejercicios se realizaron en el predio del Vía Christi en donde, de forma personal, en pareja o en grupos de tres, se contemplaron las imágenes.
Al finalizar los Ejercicios Espirituales, uno de los participantes, el P. Miguel Haag, explicó: “En esta tanda se buscó que los ejercicios sean más artesanales, donde cada uno pueda buscar por dónde lo va moviendo el Espíritu. En estos días tratamos de ver cómo el Espíritu nos va guiando para vivir en el mundo de hoy, un mundo intercultural, cambiante, desafiante, con nuevas lógicas, nuestra espiritualidad arraigada en Jesús. El desafío es cómo hacerlo comunitariamente”.
Por su parte, el Hno. Hugo Vera expresó: “Estos Ejercicios han sido un poco de mezcla entre buscar a Dios y entre dejarse encontrar por Él. La naturaleza del lugar, el rio Chimehuín, las montañas, todo habla de la presencia de Dios. También la vida de los hermanos y de las hermanas que hemos compartido estos días, nos habla de la presencia de Dios. Como todo lo que nos sugiere el Via Christi, y las vidas de Laura Vicuña y de Ceferino Namuncurá. Tenemos que dejarnos atrapar por el llamado que nos hacen estas voces”.
Y puntualizó: “Estas voces en mí han resonado mucho. Esto de ensanchar el espacio de las carpetas, de nuestras tiendas, hacer que nuestras miradas se amplíen y que nuestros corazones puedan abrirse más. Ha sido un hermoso tiempo de fraternidad acunada por Dios”
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