El Centro Juvenil “Campito Centenario-Naím”, en General Pico, desde hace algunos años viene interviniendo territorialmente con vecinos y vecinas del Barrio Malvinas.
Cada año un par de murales es realizado en las paredes del barrio en lugares que ellos y ellas eligen, ya sea porque comparten juegos o están cerca de espacios a los que concurren. Cada mural tiene una historia, un querer decir, un querer mostrar, o simplemente expresar lo que sienten intentando concientizar al resto.
Las frases y diseños que se hacen tienen que ver con cómo se viven, se sienten, se perciben dentro de su territorio. La función del equipo es acompañar, guiar, escuchar, establecer vínculos y contactos que perduran más allá de los murales y hace que se apueste al trabajo comunitario fortaleciendo las redes entre vecinos, y brindando espacios de encuentro y escucha.
Entendiendo que lo comunitario puede ayudar a darle un sentido a la vida y que se fortalezcan lazos de solidaridad y empatía para que cada uno sepa que puede acompañar a otros, ayudar, escuchar y, sobre todo, aceptar aun con las diferencias.
Del papel a los murales
En el comienzo, un taller de arte sirvió como nexo para encontrarse con niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Con el correr del tiempo el papel fue quedando chico para la expresión y comenzaron los murales. El primero fue el respaldo de un banco ubicado frente a la Capilla Don Bosco, con la frase “Nadie se salva solo”, y desde ahí se fueron vinculando y acompañando historias.
Este equipo, que cree intensamente en el Sistema Preventivo de Don Bosco, presenta una estrecha vinculación con modelos de tratamiento comunitario, los cuales sirven como marco de referencia teórico a la hora de interpretar la realidad. Estos modelos parten de la categoría de “exclusión grave” ocasionada por las contradicciones propias del sistema capitalista, que provoca situaciones de sufrimiento social, las cuales se enraízan en la vida cotidiana de las personas, y se manifiestan a través de, por ejemplo, el consumo problemático de sustancias.
La naturaleza multifactorial del consumo problemático hace necesarios abordajes integrales basados en la prevención, la promoción y la asistencia a partir de la conformación de espacios de encuentro y de escucha activa; el fortalecimiento de las comunidades y sus redes; y la centralidad en la persona como sujeto de derecho. Estos abordajes requieren de un trabajo interdisciplinario que integre conocimientos de la psicología, del trabajo social, del orden ocupacional, del ámbito educativo pedagógico, entre otros, que permitan aproximarse a la temática en su complejidad.
Un equipo interdisciplinario, denominado Naim, elabora e implementa propuestas de acompañamiento, asistencia y articulación de los recursos y los actores en la comunidad para atender a las problemáticas que de esta emergen y de los sujetos en su singularidad.
La Institución Salesiana contribuye a fomentar nuevas representaciones sociales acerca de jóvenes empobrecidos, su familia y su entorno, para disminuir la violencia simbólica, la marginación y estigmatización de la cual son víctimas.
Mediante diversas acciones extiende la red de agentes preventores dentro del ámbito territorial, convocando de modo sistemático al voluntariado social, favoreciendo la capacitación y brindando asesoramiento a los actores del medio que trabajen con jóvenes en riesgo.
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