“A la Iglesia, los pobres le piden amor”

El sábado 18 de noviembre, la Diócesis de Quilmes celebró la XXVIII Misa de la Esperanza en el Cruce Varela, junto con la VII Jornada Mundial de los Pobres que el Papa Francisco instituyó en 2017.

Como parte de la comunidad diocesana, participó la comunidad de la Casa Salesiana Don Bosco – Villa Itatí, quienes llegaron al lugar en un micro y participaron no solo de la celebración eucarística sino también de la Expo-Feria del camino sinodal.

Con el lema “No apartes tu rostro del pobre”, el Padre Obispo Carlos José Tissera presidió la celebración religiosa acompañado del Obispo Auxiliar de la Diócesis, Eduardo Redondo, del Obispo emérito de Río Gallegos y colaborador en la diócesis de Quilmes, Juan Carlos Romanín sdb, y de sacerdotes y diáconos.

En su homilía, el Obispo de Quilmes recordó que “La esperanza nos libera del miedo, del aislamiento, del egoísmo y la comodidad. La esperanza nos enciende para iluminar en medio de la noche del dolor y de la impotencia; ella nos anima para sostenernos unos a otros y gestar lo nuevo, lo inédito, eso que sólo el amor puede hacer: una nueva humanidad”.

Y mencionó que la síntesis de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos celebrada en Roma durante octubre se remarca que “A la Iglesia, los pobres le piden amor. Por amor se entiende respeto, acogida y reconocimiento, sin los cuales, proporcionar comida, dinero o servicios sociales representa una forma de asistencia, ciertamente importante, pero que no se hace plenamente cargo de la dignidad de la persona”.

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