Scalabrini y Zatti “nos recuerdan la importancia de caminar juntos y de saber dar las gracias”

“Beatísimo Padre, la Santa Madre Iglesia pide que su santidad inscriba a los beatos Juan Bautista Scalabrini y Artémides Zatti en el catálogo de los santos y como tal sean invocados por todos los cristianos”, dijo el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos, al iniciar la celebración.

“Los inscribimos”, contestó el Papa Francisco. Y la Plaza de San Pedro estalló en aplausos.

Así, a minutos de haber comenzado la celebración en Roma, Scalabrini y Zatti eran declarados santos, el domingo 9 de octubre en la mañana italiana.

Además del centenar de salesianos, scalabrinianos, obispos y arzobispos, en el altar junto al Papa Francisco estaban concelebrando los cardenales salesianos Tarcisio Bertone, Daniel Sturla (arzobispo de Montevideo – Uruguay) y Cristobal López (arzobispo de Rabat – Marruecos), los superiores generales P. Leonir M. Chiarello CS y P. Ángel Fernández Artime SDB, y los postuladores, P. Graziano Battistella CS y P. Pierluigi Cameroni SDB.

La primera lectura estuvo a cargo del Hno. Hugo Vera, de la Casa Salesiana San Juan Evangelista de La Boca. Luego del Evangelio de Lucas (17, 11-19), que fue leído en latín y en griego, el Papa Francisco pronunció la homilía centrada en el “caminar juntos” y en el “agradecer”: “Al principio de la narración no hay distinción entre el samaritano y los otros nueve. (…) Se habla simplemente de diez leprosos, que forman un grupo y, sin división, van al encuentro de Jesús. La lepra, como sabemos, no era sólo una llaga física, sino también una enfermedad social, pues en aquella época, por miedo al contagio, los leprosos debían permanecer fuera de la comunidad. (…) Fijémonos bien que el samaritano, aunque sea considerado un hereje, un extranjero, forma grupo con los demás. La enfermedad y la fragilidad en común hacen caer las barreras y superan toda exclusión.”

El Papa prosiguió: : “Así, finalmente, nos redescubrimos como hermanos”. Y pide: “Hermanos y hermanas, comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos y que frecuentamos cada día, somos capaces de caminar junto a los demás, de escuchar, de vencer la tentación de atrincherarnos en nuestra autoreferencialidad y de pensar sólo en nuestras propias necesidades”.

Dos modelos al servicio del prójimo

Finalmente, en su homilía, el Papa hizo referencia a los nuevos santos: “Los dos santos canonizados hoy nos recuerdan la importancia de caminar juntos y de saber dar las gracias. El obispo Scalabrini, que fundó una Congregación para el cuidado de los emigrantes, afirmaba que en el caminar común de los que emigran no había que ver sólo problemas, sino también un designio de la Providencia: ‘Precisamente gracias a las migraciones forzadas por las persecuciones ―decía― la Iglesia cruzó las fronteras de Jerusalén y de Israel y se hizo ‘católica’; gracias a las migraciones de hoy la Iglesia será un instrumento de paz y comunión entre los pueblos’ (cf. L’emigrazione degli operai italiani, Ferrara 1899). Scalabrini miraba más allá, miraba hacia el futuro, hacia un mundo y una Iglesia sin barreras, sin extranjeros. Por su parte, el hermano salesiano Artémides Zatti fue un ejemplo vivo de gratitud. Curado de la tuberculosis, dedicó toda su vida a saciar las necesidades de los demás, a cuidar a los enfermos con amor y ternura. Se dice que lo vieron cargarse sobre la espalda el cadáver de uno de sus pacientes. Lleno de gratitud por lo que había recibido, quiso manifestar su acción de gracias asumiendo las heridas de los demás”.

Luego, a cargo de las ofrendas estuvieron los coadjutores Alberto Rodriguez y el argentino Fernando Saade, actualmente estudiando en Roma, junto con la familia Rossi, parientes de Zatti.

Mientras la celebración continuaba, un leve viento de un domingo nublado en Roma, sacudía suavemente los tapices colgados en la fachada de la Basílica de San Pedro que tenían grabadas las imágenes de Scalabrini y de Zatti.

Terminado la celebración, la multitud de las familias scalabrinianas y salesianas que había llegado de distintas partes del mundo a la Plaza de San Pedro, desbordaban de alegría al ver a estos dos hombres santificados.

La celebración fue transmitida en vivo y en directo (y puede volver a vivirse) por Canal Orbe 21 y por el Canal de YouTube del Boletín Salesiano.

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