8M: “¡Que resuene fuerte, nos queremos vivas!”

Frente al grito #NiUnaMenos que revivimos cada año en la sociedad, este 8 de marzo, las comunidades salesianas de Argentina Sur, que buscamos estar presentes en contextos populares para la educación y la promoción de las juventudes y de las niñeces, especialmente de aquellas en situaciones de pobreza y vulnerabilidad, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer preguntándonos: ante todo lo que ocurre en este tiempo, ¿qué podemos hacer desde nuestra fe?, ¿Qué sueño nos convoca?, ¿Qué situación nos sigue movilizando?

A partir de estas interpelaciones, cuatro mujeres que animan desde diversos roles la vida de distintas Casas Salesianas de la Inspectoría, nos regalan su palabra.

 

“Me convoca el sueño de generar mesas compartidas de diálogo donde realicemos acciones políticas que provoquen y hagan posible realmente el #Niunamenos…”

Por María Margarita Figueroa, Casa Salesiana Nuestra Señora de la Merced, General Pico

Cuando resuena en mi corazón el grito de las hermanas sufrientes y violentadas, hago “memoria” de la actitud de Jesús que alzaba la voz reclamando justicia y dignidad para las mujeres de su época… Esa voz que se traducía en gestos apasionados que, frente al poder, dejaban en claro su postura. Desde nuestra fe, entonces, estamos sencillamente convocados a actuar como él.

Me convoca el sueño de generar, donde estemos, mesas compartidas de diálogo donde todos, todas y todes, en la diversidad, realicemos acciones políticas que provoquen y hagan posible realmente el #Niunamenos…

Continúa movilizándome esa cotidiana y sutil violencia de desigualdad –muchas veces apenas detectable–, que sufrimos las mujeres y, por qué no, todes, en aquellos ámbitos donde la sombra del patriarcado sigue presente… ¿Cómo hacer visible esa zona? ¿Cómo denunciarla para anunciar una buena y posible vida plena para todos y todas?

“Nos convoca el sueño de una Realidad Nueva, basada en vínculos fraternos, recíprocos…”

Por Belén Gorrochategui, Casa Salesiana Juan Segundo Fernández, Presencia Salesiana en  San Isidro

Desde nuestra fe nos mueve reconocer y asumir como propias la voz, las preocupaciones y sufrimientos de las mujeres como un clamor que nos exige un compromiso activo en la transformación de estructuras que reproducen y perpetúan distintas formas de violencia y sometimiento.

Nos convoca el sueño de una Realidad Nueva, basada en vínculos fraternos, recíprocos, en el reconocimiento de la dignidad, el valor, la valentía y la determinación de las mujeres. 

Nos sigue movilizando la perpetuación de la violencia contra el cuerpo, la voz y la voluntad de las mujeres jóvenes más pobres, la falta de acceso a derechos básicos, la ridiculización de nuestra forma de ser, la subestimación de nuestra forma de pensar, la duda sobre nuestra capacidad de asumir un rol cada vez más protagónico en la Construcción de una sociedad más justa.

“Sueño con matrices más humanas, fraternas e igualitarias”

Por Gabriela Gómez, Casa Salesiana Domingo Savio, Comodoro Rivadavia

En lo singular, con potencia y fragilidad, siempre cada una de nosotras suma y es más. 

Porque no quiero rostros sufrientes ni vidas apagadas ni tratos diferenciales, sueño y, junto con otros y con otras, trabajo por matrices más humanas, fraternas e igualitarias. 

Y en eso estamos, aprendiendo y proponiendo, accionando comunitariamente –con el Reino como horizonte– para que cada una siga sumando mirada, gesto, palabra, servicio de mujer, cuidadas y cuidando… 

“Volver a caminar nuestros patios… para encontrarnos y empaparnos con las diferentes realidades que viven cotidianamente nuestras pibas”

Por Agostina Salazar. Nuestra Señora de la Candelaria, Río Grande

Frente al grito #NiUnaMenos, Jesús nos invita como mujeres de fe a visibilizarnos, marchar, accionar, denunciar, comprometernos y ser parte de la transformación y reconstrucción de otra iglesia desde la justicia, el amor y la fraternidad. Una iglesia en salida, inclusiva e igualitaria. Una iglesia y comunidad que se encuentra al servicio de la construcción del Reino, ofreciendo nuevos modos de habitar nuestros espacios concretos y el mundo, un nuevo modo de relacionarnos con el otrx a partir del cuidado y el valor de la vida humana. Reino que nos acerca al gran deseo de Dios para cada unx. 

Este 8M nos invita a poner en reflexión nuestras acciones pastorales, volver a caminar nuestros patios, nuestros barrios y las calles, para encontrarnos y empaparnos con las diferentes realidades que viven cotidianamente nuestras pibas. Nos invita nuevamente a reafirmar nuestro compromiso con la causa y opción de Jesús, hacia y con lxs más desprotegidxs. Debemos expresar nuestras ideas, dar voz a quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, exigir y promover el cumplimiento de los derechos conquistados por las mujeres y disidencias, luchar frente a las desigualdades y los distintos tipos de violencias que se presentan, romper con los estereotipos regidos por la heteronormatividad, denunciar cualquier tipo de expresión de fundamentalismos y “órdenes” de muchos de nuestros ámbitos que responden en ocasiones a ser pasivxs y silenciar ante las injusticias. 

Desde los distintos espacios que acompañamos de nuestra Casa Salesiana, debemos repensar ciertas prácticas, desde una perspectiva liberadora de los derechos de las mujeres y disidencias. 

Esta debe ser nuestra forma de vivir la fe. Una fe que desnaturaliza las ideas de orden hegemónico y que se cuestiona y permite cuestionarnos constantemente. 

Debemos seguir haciendo camino y acompañando la vida de tantas prójimas, “recibiendo la vida como viene”, construyendo lazos de confianza a partir de la escucha atenta y la cercanía desde la ternura, a razón de generar y propiciar la propia autonomía de sus vidas, teniendo la seguridad de tomar sus propias decisiones desde sus deseos y libertad.

Cuidar la vida, abrazarla, dar tiempo y lugar, respetar, acompañar, contener, sostener, estar, rezar. Saber que somos muchas y que hay un Dios mamá-papá que nos acompaña y ama desde la incondicionalidad.

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