“Una vez que descubrí la presencia de Jesús en mi historia no pude callar lo que he vivido y experimentado”

Luciano Piccirilli tiene 29 años y es de Bahía Blanca, Buenos Aires. Sus orígenes están en la Casa Salesiana Bahiense Don Bosco, donde fue parte de la IAMS (Infancia y Adolescencia Misionera Salesiana) y del Teatro Valdocco.

Él quiere “seguir apostando por las juventudes”. Por eso, el próximo 31 de enero hará su Primera Profesión como Salesiano de Don Bosco junto con sus Augusto Bravo y Mauro Rosatto.

¿Qué significa para vos este paso que vas a dar consagrándote como Salesiano de Don Bosco?

En lo persona significa poder seguir comprometiéndome a dar testimonio de Jesús, especialmente a los y las jóvenes que sufren algún tipo de pobreza (y aquí no limito el término pobreza a lo material o económico). Significa seguir dando pasos en mi vida, es mi caminar, es mis búsquedas. Y hacerme responsable de las decisiones que poco a poco voy tomando.

Dar este paso es poder seguir dándole vida al sueño de Don Bosco y seguir apostando por las juventudes e ir en contra de la frase “la Juventud está perdida´´. Significa poder acompañar los procesos de los y las jóvenes y hacerlos/as protagonistas principales de su historia de vida.

En definitiva significa poder mostrarles el amor que Jesús tiene para con ellos/as, significa seguir confiando en que ellos/as son una parte central de la sociedad en la que vivimos, significa poder hacer que descubran por medio del carisma salesiano el amor de Jesús.

¿Cómo llegaste al noviciado? ¿Qué te atrapa de la vida religiosa?

Llegué luego de un proceso de discernimiento previo. No es que un día me levanté y dije “¡uh, qué ganas de hacer el noviciado y pensarme como consagrado!”. Llegué al noviciado luego de tres año de acompañamiento y discernimiento con el hermano Guillermo Cejas y con el acompañamiento de todas la comunidad de Casa Emaús. Es justamente en Casa Emaús en donde se inicia el proceso formal de discernimiento; allí se hacen dos o tres años de acompañamiento (dependiendo el proceso personal de cada uno), y se dividen en dos etapas, la primera que llamamos la etapa del peregrino (o aspirantado), y la segunda etapa que se llama pre-noviciado. Luego de ese periodo de tiempo viene la petición para iniciar el noviciado. Llegué acá luego de mucho acompañamiento, discernimiento y mucha oración.

Lo que me atrapa de la vida religiosa es poder transmitir el mensaje y el amor de Jesús, creo que una vez que descubrí su presencia en mi historia no pude callar lo que he vivido y experimentado. Y lo que me atrapa de la vida religiosa salesiana son tres cosas específicas: la misión, el vivir en comunidad y los/as destinatarios/as. La misión de transmitir a Jesús y sus enseñanzas al estilo de Don Bosco es algo que me gusta y me atrae; creo que hay una forma especial de transmitirlo y con la particularidad de que cada uno/a puede hacerlo de una manera diferente. La misión, que tiene como un aspecto importante el no estar solo/a, sino hacerlo acompañado/a. La vida en comunidad es algo que me ayuda y sostiene a vivir todo esto, el modo en que distintas personas, varias historias y experiencias de vida, culturas se juntan para un mismo objetivo es lindo. La vida comunitaria es vivir como una gran familia, con lo que eso implica (con sus momentos buenos y malos), que quiere transmitir algo especial. Y, finalmente, los/as destinatarios/as, por mi historia personal pude ir descubriendo que los/as jóvenes siempre fueron algo central en todas mis decisiones, y la vida religiosa salesiana, tiene como preferencia a ellos y ellas.

¿Qué recuerdos se te vienen a la memoria en este tiempo de preparación profunda para la profesión?

Lo que primero se me viene a la mente es el momento en que me surgió la pregunta por la posibilidad de hacer un proceso de discernimiento vocacional. Recuerdo que estaba estudiando para el final de psicología y de repente me surgió la pregunta: ¿puedo dedicar mi vida a los jóvenes desde otro lado?.  Así de misterioso es Dios.

Se me viene a la mente el acompañamiento constante de mi familia, de mis amigos, de los más cercanos. Al mismo tiempo recuerdo mi paso por los distinto grupos del movimiento juvenil salesiano, los encuentros con cada pibe y cada piba, cada charla. Y muchos nombres.

Recuerdo todos los momentos vividos en estos años de búsqueda, todo lo que pude ir creciendo, todos los desafíos, todas las risas. Recuerdo también la pregunta ¿estaré listo para dar este paso?, y la respuesta (no es la respuesta literal, sino que es la forma en que la recuerdo) de todas las personas que me fueron, y me van, acompañando: uno nunca va a estar listo al 100%, pero eso no implica que no puedas seguir descubriendo y aventurándote en este camino.

Y vaya que es una linda respuesta, porque por naturaleza a la persona humana siempre le va a faltar algo, no puede tener todo bajo control, siempre tiene que haber espacio para la sorpresa.

¿Por qué eligieron ese lema del Evangelio de San Lucas?

En realidad, cada uno tenía un lema personal, un lema que correspondía todo lo experimentado y vivido estos años. Pero estuvimos de acuerdo en que no íbamos a poner tres lemas distintos porque queríamos alguno que nos identificara a los tres. Y elegimos “No ardía acaso nuestro corazón…” (24, 32). Eso es algo a destacar: si bien somos muy distintos entre nosotros, pensamos distintos, y vivimos procesos personales, tenemos la habilidad también de resaltar nuestro proceso comunitario; llegamos a la conclusión de rezar y encontrar un lema que nos identifique a los tres y que, al mismo tiempo, encierre el lema personal de cada uno.

Del lema que elegimos destacamos las siguientes características: amor, seguimiento, acompañamiento, testimonio y comunidad. Obviamente que se pueden seguir sacando características, pero esas fueron la que más nos llamaron la atención. Y también lo elegimos por dos detalles: el primero de ellos es el plural que tiene (nos y nuestro), que para nosotros es clave ese detalle por el acompañamiento y el soporte que somos entre nosotros tres. Y el segundo detalle porque es en la Casa Emaús donde pudimos empezar a profundizar esa pregunta.

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