Fiel al carisma de Don Bosco, nunca dejó de trabajar y estudiar, desde sus labores jardineras hasta su servicio como docente y sacerdote. Primero en Buenos Aires, pero luego, por 16 años, en la diócesis de Río Gallegos, entregado al trabajo pastoral en la comunidad de la Catedral Nuestra Señora de Lujan, de la Parroquia San Juan Bosco y de la parroquia San Jorge.
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Antonio nació el 28 de junio de 1935 en la ciudad de Kranj, Eslovenia. Era hijo de Janko Rant y Marina Glogava. Pocos años después vivió en un campo de refugiados durante la segunda guerra mundial hasta que su familia pudo emigrar a la Argentina. Luego de hacer su noviciado en San Justo, en 1954, y sus votos perpetuos en Bernal, en 1960, fue ordenado sacerdote en Córdoba en 1963.
Después de haber estado tres años en Río Grande como tirocinante, su primera misión Pastoral como sacerdote fue el Colegio Santa Catalina, del barrio porteño de Constitución, donde estuvo de 1964 a 1968 como catequista. Durante un breve período de 1988 a 1989, fue nombrado Rector de la Iglesia Mater Misericordiae y daba clase en el Colegio Don Bosco, en el barrio porteño de Congreso.
En 1969 comienza un extenso ciclo de trabajo pastoral en San Isidro, en la Casa Salesiana Juan Segundo Fernández, como formador de los aspirantes a hermanos coadjutores. Aquí atendía también la Capilla Sagrada Familia. Constituida en el Segundo Fernández la parroquia San Juan Bosco, pasó a ser su primer párroco, y estuvo hasta el 1981. En esa época construyó la Capilla y las instalaciones para la Parroquia. Construyó además la capilla, hoy parroquia, Nuestra Señora de la Merced, en Béccar, y la Capilla, luego parroquia, de José Ingenieros.
De 1982 a 1987 fue párroco de María Auxiliadora en Ramos Mejía. Entre 1988 y 1989 fue Rector de la Iglesia Mater Misericordiae. Luego, hasta 1994 se desempeñó como párroco de San José y director del Colegio Santa Isabel de San Isidro. Y, en un segundo período, de 1994 a 1999, vuelve como Párroco de San Juan Bosco a Juan Segundo Fernández. Al nombrarlo director y párroco de San José y del Colegio Santa Isabel, el Padre Inspector, Juan Cantini, decía: “Tiene dotes de gobierno y gran amor a la comunidad”.
El 31 de enero del 2000, al despedirse de la Comunidad de San Juna Bosco de San Isidro, el P. Inspector le dice que le agradece el servicio de párroco y destaca el acompañamiento de la vida parroquial y su capacidad de trabajo perseverante al servicio de la evangelización y la pastoral de la Comunidad. “Si bien el cambio de Casa puso fin a cierta tirantez en las relaciones entre Parroquia y Colegio, debidas a distintos estilos pastorales, no se puede negar que la obra de Antonio Rant en lo edilicio y en lo pastoral fue de gran beneficio para la nueva Parroquia San Juan Bosco. El fruto de su dedicación en Río Gallegos, su nuevo destino, fue también invalorable. Dios es el Señor de la historia y guía los acontecimientos, a veces con designios inapreciables, pero siempre para nuestro bien”, dijo Rant después de mucho tiempo.
Llega a Santa Cruz
Dejó San Isidro para ir a Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz; pero le costó muy poco ubicarse en esa ciudad austral y ganarse rápidamente el corazón de la gente. Allí estuvo 16 años, desde año 2000 hasta 2016.
Se destacó por su labor incansable como párroco y su dedicación lo llevó incluso a formar la Asociación Amigos de la Catedral, con quienes pudo restaurar a nuevo aquella Catedral Histórica, que por entonces acompañaban los salesianos; hasta que el Obispo lo convocó como Secretario Canciller y Vicario General de la diócesis y aún con esas responsabilidades, vio que había un sector nuevo y muy grande que no tenía capilla, y en pocos años levantó aquel hermoso templo dedicado a San Jorge.
Cuando el 2 de febrero del 2012, es nombrado párroco de la Catedral de Río Gallegos, el obispo de aquel entonces, Mons. Juan Carlos Romanín, decía: “Rant reúne las condiciones humanas y cristianas, como el adecuado oficio sacerdotal para tal oficio y la experiencia canónica y pastoral, para cumplir las obligaciones propias del mismo. Le encomienda, por lo demás, el cuidado del pueblo de Dios, la evangelización, la catequesis y la predicación. Que organice los Sacramentos para vivir el testimonio de la caridad y vivir la amistad y la colaboración”.
En 2016 regresa a Buenos Aires.
Con espíritu evangelizador
“Yo vine para anunciar a Dios con ayuda de la gente, ya que si no hay una comunidad de por medio, mi esfuerzo es inútil”, afirmó.
“Estoy muy agradecido y me llevo cosas muy lindas”, expresó en declaraciones al diario La Opinión Austral.
Si bien el sacerdote lleva 44 años de párroco, lamentó la falta de vocaciones religiosas en la actualidad, aunque consideró que “hay una traba que no hemos superado, porque son muy pocas para la gran cantidad de alumnos que tenemos en los colegios”.
“No hemos sabido entusiasmar a los chicos”, sostuvo.
Con la llegada del papa Francisco al Vaticano, manifestó que esto puede revertirse, ya que el Sumo Pontífice tiene otra llegada a los fieles. “Hay una no creencia, pero esto puede cambiar, porque tanto en la iglesia como en las familias hay una preocupación importante por vivir una vida humana y espiritual”, expresó.
Sus trabajos pastorales
El 1 de marzo de 1975, el P. Raúl Storni, le escribe al Padre Inspector, en nombre del Obispo de San Isidro: “Hemos pensado con el Sr. Obispo, en el P. Antonio Rant, muy bien conectado con la Pastoral de la diócesis, para profesor de Sagrada Escritura para los seminaristas de San Isidro.
No cabe duda de que la enseñanza teórica y práctica de Rant, tanto en los medios de comunicación como en lo pastoral, fue de gran valor. Podríamos citar como ejemplo sólo, su prédica contra el aborto y el casamiento de homosexuales, recogida por el diario Clarín. Toda vez, que estos problemas fueron debatidos en el Parlamento Argentino.”
Fue importante también su colaboración en la Pastoral Familiar nacional de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). En efecto, fue presidente del Secretariado Nacional de la Familia, y Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar de la CEA.
En la semana de estudios sobre política, economía y derechos humanos organizada por la CEA en noviembre de 1995, según los diarios Clarín y La Nación, Antonio Rant dictó el microseminario de “Procreación responsable”.
En el encuentro preparatorio a la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, la actuación de Rant le valió la Medalla de Plata del Pontificado, que el Santo Padre Juan Pablo II le envió, junto con su bendición apostólica. Había sido gestionada por la Secretaría de Estado del Vaticano por intermedio de Mons. Ubaldo Calabresi, Nuncio Apostólico en la Argentina.
A todo lo dicho hasta aquí, podemos añadir el servicio de Censor Salesiano, nombrado por el Consejo Inspectorial, el 7 de abril de 1988.
Por otra parte, entre sus obras se destacan las audiciones radiales “Senderos de gloria”, “Cursos de catequesis bíblica” (para radio LRA y LS4), “Leamos la Biblia” y “Problemas de adolescentes y jóvenes”. Habían sido producidas por el Cosal.
Entre sus obras escritas, están “Cristo en nuestra historia”, “En adoración y contemplación”, “La alianza con Dios” y “Paraliturgias y folletos”.
Al final del camino
Al volver a Buenos Aires, en 2016, es designado Vicario Parroquial en la Parroquia San Carlos y Basílica de María Auxiliadora y pasa a formar parte de la Comunidad de la Casa de Salud Artémides Zatti, para atender su salud deteriorada, por un golpe que se había dado en la cabeza y por los “achaques” de la edad. Tuvo que someterse a una cirugía craneana y a la atención médica brindada en la Casa de Salud.
En la convivencia con él se descubrían aquellos dones de fraternidad, generosidad en la entrega y en el trabajo, sostenido por una fuerte oración y capacidad de puesta al día; también su capacidad de seguir estudiando.
Falleció el 5 de septiembre del 2022. Tenía 87 años de edad, 58 de sacerdocio y 68 de salesiano.
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