Del 19 al 28 de octubre, 22 estudiantes de la Casa Salesiana San José Obrero de Neuquén (tanto del Plan 141, 155 como del Centro de Formación Profesional), participaron de la misión en Aucapán bajo el lema “Andando descalzos el camino, somos un sueño vivo”.
Se dividieron en tres centros: Nahuel Mapi Arriba, donde se enseñó soldadura, Nahuel Mapi Abajo, donde se enseñó electricidad, y Calfuqueo, donde se enseñó carpintería. A su vez, jóvenes del CFP pudieron asistir con la reparación de algunos autos de la comunidad, ya que estos estudiantes son del trayecto formativo de mecánica del automotor; no enseñaron el oficio, sino que se pusieron al servicio de la comunidad.
La misión tiene como objetivo poder enseñar el oficio a la comunidad a la que van, fundamentalmente desde el protagonismo juvenil y desde el servicio, ellos son quienes enseñan y llevan adelante la formación durante todos esos días.
La organización general se fue llevando adelante desde el equipo de pastoral de la Casa Salesiana, el Equipo de Animación, Gestión y Acompañamiento, y se pidió colaboración a la comunidad educativa. Los recursos se gestionaron con los mismos estudiantes, que llevaron adelante la realización de un locro hace unos meses. Asimismo, diferentes instituciones y personas realizaron donaciones (sea de alimentos, herramientas, materiales, dinero, etc.), como también la ayuda que prestó la Casa.
Acompañando a los estudiantes fueron 12 educadores. Previo a la misión se hicieron diferentes talleres para poder preparar al grupo que viajaba. En ese trabajo previo la idea era que toda la comunidad que viajaba pudiera conocerse, conocer sobre el lugar al que iban, ponerse en el rol de educador, inventariar y preparar todo el material que necesitaban llevarse y, como Casa Salesiana, poder ponerse en manos de María y Don Bosco, saberse hijos de un soñador que enviaba a esta tierra sagrada, Aucapán, a compartir la vida, y a una experiencia distinta donde Dios tenía algo para cada uno de los que dijeron “Sí” a este desafío.
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