Por Gaspar Martínez Morán SDB
Quien esto escribe es recién llegado a estas geografías de la ribera del Paraná en el norte de la provincia de Buenos Aires. A finales del mes de febrero llegaba y uno de los primeros acontecimientos que tuve la oportunidad de vivir, fue la preparación y posterior celebración de la Semana Santa, evento central y principal de la vivencia de nuestra vocación de bautizados.
Como se viene haciendo en los últimos tiempos, se celebra esta Semana viviendo todos juntos en comunidad parroquial, comunidad de comunidades, los principales eventos de la última semana de Jesús. Este año, maravillosa casualidad, arrancamos celebrando el Domingo de Ramos en la misma fecha del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Se realizan varias celebraciones de Ramos con la tradicional bendición y procesión aclamando a Jesús.
El lunes santo, en una de nuestras capillas, San Juan Bautista, se pasó la película “El Hombre que hacía Milagros” (Reino Unido, 1999) que es una adaptación del evangelio de Lucas en cine de animación.
El martes a la tarde se ofreció la oportunidad de celebrar comunitariamente el sacramento de la reconciliación y lo hicimos en la Capilla Don Bosco con la participación de todas las comunidades de la parroquia.
Llegamos al Triduo Pascual con el Jueves Santo en que celebramos la Cena del Señor y el Día del Amor Fraterno y la institución de la Eucaristía. Cada comunidad se juntó previamente en su capilla para hacer el gesto del lavatorio de los pies, gesto que enmarca el único Mandamiento de Jesús con la entrega y servicio en nuestra vida cotidiana y, a las 19, nos juntamos en San José Obrero, sede principal, para celebrar la Cena del Señor.
El Viernes Santo tocaba hacer el Via Crucis por nuestros barrios. Comenzamos a las 15 en la Capilla de María Auxiliadora (Cementerio) para seguir en San Francisco de Sales (6 de agosto), San José Obrero (San Jacinto), Don Bosco (Juana María), Nuestra Señora de Guadalupe (La Ilusión), San Juan Bautista (Pecorena) y terminando en San Alfonso (Ponderosa). En cada parada hacíamos una estación con una temática de actualidad donde oramos y reflexionamos con las cruces y signos de vida y esperanza: (1) Migrantes y Refugiados, (2) la Casa Común (ecología), (3) el Trabajo, (4) los Jóvenes, (5) la Familia, (6) la Salud, (7) la Mujer. Fue una larga y pesada caminata por el clima y por los abundantes mosquitos, pero valió la pena, todo lo preparado y compartido en cada comunidad.
Arrancamos unas cuarenta personas y terminamos más de 250 acompañando el camino de la Cruz de Jesús que sigue sufriendo y muriendo a nuestro lado y nos invita a comprometernos en bajarle de la cruz.
El Sábado Santo es el día del silencio y la espera. Al oscurecer nos juntamos toda la comunidad parroquial en el Salón Don Bosco (E. Carriego 453) para celebrar la Vigilia Pascual preparada con muchos y significativos gestos por los jóvenes: Celebración de la Luz, de la Palabra que muestra nuestra Historia de la Salvación, Pregón Pascual cantado, Renovación de nuestro Bautismo y liturgia eucarística. Más de 2 horas de celebración en alegría desbordada y compartida al escuchar y sentir “No lo busquen entre los muertos, no está aquí: Ha Resucitado”. ¡Aleluya!
Llegamos así al Domingo de Pascua en que se habían programado dos eucaristías a las 10 en Barrio Reysol y Barrio Nuevo —dos fronteras de nuestro territorio parroquial donde todavía no se han generado comunidad como tal pero ya se realizan Hogares de Cristo (Mamá Margarita y Virgen de Luján), Oratorios y Espacios Socioeducativos con los menores—. En cada una de estas misas terminamos rompiendo y compartiendo una gran Huevo de Pascua con todos los que acudieron.
Celebrar la Semana Santa de esta manera ayuda a sentir que todos somos comunidad, que caminamos juntos para seguir bajando de tantas cruces a tantos hermanos nuestros y para construir aquí su Reino de hermandad.
Termino este relato agradeciendo a tantas personas de nuestras comunidades que colaboraron e hicieron posible que un año más celebremos la Pascua de Jesús y que nos ayude a Caminar Juntos en nuestra fe y compromiso en este tiempo.
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