José Repovz, una preocupación evangelizadora para ofrecer a los jóvenes

José nació el 19 de noviembre de 1954 en la Ciudad de Buenos Aires. Hijo de José y de Majda Kaycic. A los 13 años ingresó al Colegio San Francisco de Sales, de Almagro.

En 1975 realizó su noviciado en Manucho, Santa Fe, haciendo su primera profesión el 31 de enero de 1976. Transcurrió los años de su formación inicial en la Casa Inspectorial, en el colegio San Francisco de Sales, en Ramos Mejía y en San Justo. El 10 de septiembre de 1983 fue ordenado sacerdote.

Estudió Filosofía en el CONSUDEC y se licenció en Ciencias de la Educación con orientación en Pastoral Juvenil y Catequética en la Pontificia Universidad Salesiana, en Roma (1988-1990).

Fue personal en las casas de Ramos Mejía, Pío IX, San Francisco de Sales, Comunidad Inspectorial, Santa Catalina y Parroquia San Carlos. A lo largo de su vida prestó numerosos servicios a la Inspectoría como formador, Director, Párroco, Consejero Inspectorial (1991-1999), Delegado de la Pastoral Juvenil (1996-1999) e Inspector (1999-2005).

El P. José se ha destacado por el empuje para la animación de la Pastoral Juvenil a través de la Comisión Inspectorial de Pastoral (CIPAS), grupo de reflexión que sobre todo favoreció el trabajo sobre la pastoral vocacional para jóvenes. Siendo delegado Inspectorial de Pastoral Juvenil, el Movimiento Juvenil Salesiano fue reconocido oficialmente por la Conferencia Episcopal Argentina como movimiento nacional.

Como Inspector demostró su capacidad de entrega al servicio de la animación de la Inspectoría San Francisco de Sales (ABA).

 

Mirada de fe

La enfermedad fue para él una experiencia imprevista y dolorosa, que soportó con entereza. Las Hermanas de la Clínica San Camilo, que lo acompañaron en los últimos momentos, estaban impresionadas por su serenidad y su mirada de fe. A ellas les compartía: “Lo único que hago es mirar el crucifijo y decirle `Jesús, yo te quiero´”.

El P. Manuel Cayo, Inspector de Argentina Norte, comparte su testimonio espontáneo al recibir la noticia de la pascua del P. José: “Siento mucho su partida. Me vienen rápidamente muchos recuerdos de momentos compartidos y disfrutados junto con él, cuando fue Delegado de Pastoral y después como Inspector. En varios encuentros pude sentir su cercanía, su preocupación por la vida de la Congregación y su deseo de buscar la mejor manera de animar, acompañar, formar, entusiasmar… Su muerte seguramente será fecunda, por toda la entrega que ha sabido vivir, al estilo de Don Bosco”.

El 21 de abril, en la Parroquia San Carlos y Basílica María Auxiliadora, a las 19:30, se realizó la misa de cuerpo presente presidida por el Cardenal Mario Poli, Arzobispo de Buenos Aires. El 22 de abril a las 8, en el mismo lugar, se celebró la Misa de despedida final de los restos.

 

Sus cualidades

En el informe previo a la ordenación sacerdotal, lo encontraban preocupado por su formación, humanamente maduro y responsable y libre y comuna buena capacidad intelectual. Lo invitaban por tanto a continuar profundizando la vida de oración y la preparación para el ministerio sacerdotal y pastoral, en la que se muestra muy ordenado.

 

Carácter y vida de familia

Su carácter era, por lo general, tranquilo y alegre, y tal vez un poco histriónico o amante de protagonismo. Esto es propio de las personas inclinadas por temperamento a aparentar un poco teatralmente las cosas. En defecto, fue célebre, por la trascendencia que le dio al interesado, una discusión que mantuvo con el director de la Casa Inspectorial, en la que él residía, por no haber dejado preparada la cena para unos salesianos que llegarían tarde, entre ellos el P. José. La discusión y las palabras fuertes pronunciadas por José al día siguiente hirieron profundamente al director, que le dio una transcendencia desmedida, involucrando no sólo al Padre Inspector, sino prácticamente a todos los hermanos de la Inspectoría. Hasta llevó el caso al tribunal eclesiástico nacional, donde él colaboraba como juez adjunto nombrado por el Episcopado con consentimiento de la congregación, para las causas matrimoniales. Por suerte, las cosas no pasaron a mayores y todo se tranquilizó.

 

En la Pastoral Juvenil Inspectorial

Como encargado de la Pastoral Juvenil colaboró con el Padre Inspector y movió la pastoral juvenil logrando una buena respuesta de la inspectoría. En un memorándum redactado para el P. Inspector, él desarrollaba la idea de que, en esta época de crisis, era necesario dar prioridad a la vida espiritual, ayudarse mutuamente a superar el activismo desbordante, mostrar el rostro misericordioso de Dios, siendo compasivo con las personas y tratando de comprender y escuchar.

Supo mostrar amor a los jóvenes y donde más se destacó, justamente, fue en la formación y en la Pastoral Juvenil. Sus años en la Pastoral Juvenil de la inspectoría, fueron sus mejores años.

 

Estudioso y catequista

En 1990 había pedido cursar el doctorado en Ciencia de la Educación en la UPS. En Italia se preocupa de su formación intelectual, pero también de la espiritual, profundizando los libros del Cardenal Carlos María Martini. Mantiene una correspondencia fluida con el Inspector de aquel entonces, el P. Juan Cantini.

En el Episcopado fue nombrado Asesor de la Confederación de Padres de Familia de los Colegios Católicos. Fue miembro del Consejo Inspectorial y encargado inspectoríal de Pastoral juvenil, trabajo que cumplió con dedicación y competencia.

 

Inspector de San Francisco de Sales

En el 1996, después de una consulta que resultó muy favorable, fue nombrado por el Rector Mayor, Don Juan Vecchi, Inspector de la Inspectoría San Francisco de Sales, con sede en Buenos Aires y que atendía la Patagonia Austral.

Las preocupaciones más importantes que le trasmite el P. Santiago Negrotti, en una carta personal, son los salesianos jóvenes que abandonan la Congregación y los que están en crisis. En segundo lugar, los problemas económicos y la capacitación del centro de estudios, así como los problemas de la comunicación social y de COSAL. Indudablemente, estos problemas, sobre todo la preocupación económica absorbe mucho tiempo del trabajo inspectorial.

En junio del 2003, manda a don Mazzali, un manual de administración económica, preparado con el Consejo económico y los directores. Tiende en cuenta los graves problemas económicos tenidos en el pasado. La consigna que se propone y que también le expresa al Rector Mayor, Pascual Chavez, es “orden-transparencia-solidaridad”.

La inspectoría se desprende en estos años de varias propiedades que tenía de casas de vacaciones, para poder afrontar 22 juicios.

 

Relaciones públicas y eclesiales

El P. José mantiene una frecuente correspondencia con el Nuncio, con las autoridades nacionales y de la Congregación y con los superiores de otras Congregaciones.

En las circulares a los Salesianos de la Inspectoría, se esfuerza en inculcar amor la Iglesia, urgencia evangelizadora y vida de familia. Describe el camino que está haciendo la Inspectoría, como una invitación a la santidad, preocupación evangelizadora para ofrecer a los jóvenes, lo que esperan de nosotros. Refleja también la preocupación por capacitar los estudios teológicos y a los profesores del ISET.

 

Organización y significatividad

Las comunidades están trabajando por organizar los COCEPS, COPAPAS y otros equipos pastorales, para crecer en “significatividad”. Estamos en un momento de “refundación institucional” y necesitamos volver a lo esencial. Al terminar su sexenio como inspector, fue destinado a la Parroquia San Carlos y Basílica María Auxiliadora, como párroco. Lamentablemente, enfermó gravemente y murió al poco tiempo, muy joven aún. Era una promesa para la congregación y para la Iglesia.

 

Su inesperada partida

José Mario Repovz falleció el 20 de abril de 2014 en Buenos Aires, a los 59 años de edad, 38 años de profesión religiosa y 30 años de sacerdocio. Fue Inspector de la Inspectoría San Francisco de Sales en el sexenio 1999-2005.

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