#HistoriasdeVoluntariado – Bariloche

Me preguntaron cómo fue mi vuelta…

La vuelta fue un capítulo aparte de mi experiencia de voluntariado, costó mucho acostumbrarse a esta realidad nuevamente…

Extrañar el olorcito a tortas fritas de las mujeres del barrio que con tanto amor preparaban la merienda para los distintos espacios, el vientito con tierra en la cara, lo cotidiano hecho extraordinario…

Hacer todos los días lo que amas por un año conocer personas extraordinarias, llene mi mochila de nombres, nombres que quedaron en mi corazón, amigos, ahijados, una comunidad gigante llena de amor y de esperanza , una comunidad que anima a no desanimarse con las cosas que atravesaba cada uno de los barrios del alto.

Pienso en Graciela, la mamá de Rafa, nuestra mamá Margarita en el oratorio de Nahuel Hue, con sus luchas de cada día, pienso en cada una de las vidas que me tocó acompañar en el hogar de Cristo, en los oratorios, en el apoyo escolar. Pienso en las largas caminatas con mate de por medio en las casas, sin estar mirando el reloj porque el tiempo mío era para ellos…

Parte de mi corazón quedo en Bariloche, en el Alto donde todos, día a día se vuelven a levantar …

Florencia Gamm, voluntaria en Bariloche en el 2018

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