Por la comunidad de la Parroquia San Juan Bosco
El 4 de octubre fue el día de San Francisco de Asís, un santo que quiso parecerse a los pobres.
Él quería ser como ellos, no podía soportar que sufrieran más que él. Una vez dijo: “Hermano, cuando ves a un pobre, ves un espejo del Señor y de su Madre pobre”
Los vecinos y vecinas de Villa Itatí tienen la gracia de tener tres presencias con su carisma en su barrio, tres presencias con el carisma de San Francisco que día a día entregan su vida a los más pobres y necesitados: las hermanas Julia, Cecilia y Bea.
Desde hace más de 20 años que trabajan allí. Ellas viven dentro de Villa Itatí, en una casita pequeña y acogedora, con muchas plantas de rico aroma.
Julia es Argentina. En la capilla Nuestra Señora de Itatí acompaña la catequesis de primera comunión y confirmación. También forma parte del centro de jubilados que funciona en la misma capilla.
Cecilia es de Corea y desde el día uno se comprometió con los más vulnerables, los cartoneros. Acompaña la cooperativa de cartoneros y los centros educativos, junto a otros proyectos.
Bea nació en Polonia, hace unos años forma parte de la familia grande de los hogares de Cristo. Acompaña a jóvenes con problemas de consumo y problemáticas diversas dentro de los tres hogares en los que se encuentra.
Ellas, como misioneras de María, sirven y entregan su vida a la comunidad de Itatí acompañando a todas las generaciones involucrándose en sus problemas y compartiendo sus alegrías.
Ellas son tesoros de Dios en nuestra querida Villa Itatí.
¡Como comunidad de la parroquia salesiana agradecemos a Dios por su presencia entre nosotros!
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