La Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina (FAERA), en su Asamblea General Ordinaria del martes 9 de abril, de carácter electiva, eligió al P. Horacio López como presidente para el trienio 2024-2026.
Al darse a conocer la noticia, el Padre Inspector, Darío Perera, expresó a la comunidad inspectorial: “Nos alegramos por ello porque este nombramiento reconoce el trabajo, la capacidad y la solvencia que todos conocemos de Horacio”.
Y agregó: “Rezamos para que su servicio ayude a crecer a las escuelas que dependen de los religiosos y religiosas en Argentina y están asociadas en FAERA”.
La nueva comisión directiva
Una semana después, el lunes 15 de abril, se celebró la primera reunión de Comisión, de la que participaron también los miembros de la comisión saliente. En dicho encuentro se distribuyeron los cargos vacantes de secretaría y tesorería, quedando conformada la Comisión Directiva que acompañará la presidencia del P. Horacio de la siguiente manera:
- Vicepresidente: Hno. Sergio Franco (Hermano de La Salle)
- Secretaria: Hna. Adriana Ruis (Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento)
- Tesorero: Hno. Víctor Hirch (Verbitas)
- Vocales titulares: Hna. María Lucía Cantini (Hijas de María Auxiliadora), P. Marcelo Benítez (Escolapios) y Santiago Peluso (de la Red Educativa Marianista).
- Vocales suplentes: Hna. María Cristina Mandali (Sirvas del Espíritu Santo), Andrea Sensi (de las Hijas de María Auxiliadora), Gerardo Suárez (de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor).
Por su parte, el órgano de fiscalización titular quedó conformado por los contadores Diego Alejandro Cantón y Juan Carlos Gonzalo Muñoz y por la Hna. María Inés Castellaro (Hermanas de la Virgen Niña). Como miembro suplente fue nombrada la contadora Silvia Saguir.
Un salesiano preside la federación
Por primera vez, en la historia de FAERA, un salesiano es su presidente.
El P. Horacio, de 59 años de edad, profesó como salesiano el 31 de enero de 1985 y fue ordenado sacerdote el 8 de mayo de 1994. Los primeros años después de las etapas iniciales de la formación fue profesor en el secundario del Colegio Don Bosco de Mar del Plata, animador del área educativa de esta Casa Salesiana, capellán del Batallón 21 “General Juan Martín de Pueyrredón”, de los Exploradores Argentinos de Don Bosco, y animador del Movimiento Juvenil Salesiano local. Luego fue director de la misma obra entre 1997 y 1999, período en que además el obispo de entonces, Mons. José María Arancedo, lo nombró presidente de la Junta Regional de Educación Católica (JUREC) de Mar del Plata.
A partir del 2000 fue vicario inspectorial y delegado de pastoral juvenil de la antigua Inspectoría Salesiana Nuestra Señora de Luján, con sede en La Plata, y director de la casa inspectorial, primero y luego de la Casa Oratorio Centenario, en Avellaneda, en tiempos en que estaba allí la casa de formación (prenoviciado y posnoviciado).
En julio de 2005 es nombrado inspector hasta la unificación de las inspectorías y el surgimiento de la nueva Inspectoría Salesiana de Argentina Sur, el 31 de enero de 2010.
Desde el 2006 fue miembro de la Junta Directiva Nacional de la Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos (CONFAR), primero como vocal y luego como vicepresidente segundo.
En marzo de 2010 viaja a Roma, primero para colaborar en el dicasterio para la formación y luego, a partir de 2014, como secretario personal del Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime. Regresó al país en febrero de 2020 y fue nombrado director de la Casa Salesiana de Bernal. Con la nueva conformación de la zona sur del Gran Buenos Aires, a partir de 2023, las Casas Salesianas tanto de Bernal como de Avellaneda pasan a la dirección de gestión laical con la presencia de una comunidad religiosa de la cual es director hasta la fecha.
Desde 2021 es miembro de la Comisión Directiva de FAERA, primero como vocal y luego como secretario, hasta el día de la fecha que fue nombrado presidente.
FAERA, creada en junio de 2014, tiene hoy 77 congregaciones religiosas asociadas. Entre sus objetivos, busca promover una visión educativa de inspiración católica; cuidar la unidad y la comunión entre las instituciones federadas, y de ellas con los demás organismos de la Iglesia Católica; y fomentar la vocación del educador de inspiración cristiana, promover su formación y brindar los medios para su mejoramiento permanente.
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