En pocos días, la Familia Salesiana celebrará la fiesta de María Auxiliadora, el 24 de mayo. Pero este año, esa celebración se enmarca en la conmemoración de los 200 años del sueño de los 9 años de San Juan Bosco.
Por eso, en su videomensaje para este día, el Padre Inspector, Darío Perera, nos recuerda: “el sueño de los 9 años es el sueño fundacional donde Don Bosco tiene la indicación que le dio el Señor: ‘Yo te daré la Maestra’”. Y nos interroga, pero nos responde: “¿Qué significa que María sea nuestra Maestra? Lo podemos hacer viendo qué aprendió Don Bosco de aquella Maestra”.
Entonces, el Padre Inspector explica tres cosas que, entre muchas otras, Don Bosco aprendió de María y que hoy son características propias del carisma salesiano: la pedagogía de la presencia, la pedagogía de la ternura y la pedagogía del servicio.
La primera, la pedagogía de la presencia “es esa presencia que significa estar siempre; especialmente es esa presencia que significa acompañar, sostener, poder ser una guía del camino para aquellos con quien se encontraba. ‘Todo lo hizo María’, dijo Don Bosco al final de su vida. A lo largo de la vida de Don Bosco podemos descubrir cómo María fue una presencia constante”, afirma el P. Darío.
Otro elemento que Don Bosco aprendió en la escuela de María y que subraya el Padre Inspector es la pedagogía de la ternura: “María siempre estuvo cerca de Don Bosco, y Don Bosco siempre se sintió acompañado tiernamienta por la Virgen. En esta escuela de la pedagogía de la ternura, Don Bosco tuvo la capacidad de poder hacer un camino educativo. Él pudo hacer aquella experiencia de la amorevolezza con los chicos porque precisamente había experimentado esta experiencia de Dios de la mano de María Auxiliadora”.
Finalmente, el tercer elemento que nos propone el P. Darío es la pedagogía del servicio. Él la define así: “Esta pedagogía me parece que es una de las cosas más típicas de María que podemos descubrir en el Evangelio: “Partió sin demoras”, dice el evangelista Lucas, cuando María necesitaba ayudar a su prima Isabel. Sin demora, apurada, preocupada por lo que pasaba en su entorno. Y así también era Don Bosco”.
Y recuerda: “nuestro carisma no nació en el patio de Valdocco; nuestro carisma nació en las calles de Turín, en las cárceles… Allí es donde Don Bosco veía las situaciones en donde debía ayudar, sin demora. Preocupado por lo que pasaba a su alrededor, como María, fue capaz de imaginar una obra al servicio de los jóvenes más pobres”.
“Podemos hacer una larga lista de las cosas que Don Bosco aprendió de su Maestra —sostiene—-, pero permítanme subrayar estas tres: la pedagogía de la presencia, la pedagogía de la ternura y la pedagogía del servicio. Ojalá que la Virgen siga siendo Nuestra Maestra y que en nuestras Casas lo podamos vivir, como lo hizo Don Bosco, y podamos transmitir estos tres elementos centrales del carisma salesiano”.
0 Comments