El 27 de febrero pasado se cumplió un año de la Pascua del Padre Melo quien realizó una gran labor misionera en el Oeste Pampeano.
El padre Melo llegó a Victorica en el año 1949 para hacer sus primeras experiencias pastorales y luego de formarse y ordenarse sacerdote en Córdoba. Regresó al Oeste Pampeano donde fue además de cura, maestro, profesor de matemática y educación física. Como parte de la Misión del Oeste Pampeano, a través de los años, acompañó las comunidades de Luan Toro, Telén, Carro Quemado, Santa Isabel, Algarrobo del Águila, La Humada, las escuelas-hogares de la zona, vecinos de los puestos rurales entre otros lugares del Oeste. Declarado ciudadano ilustre de Victorica, innumerables rincones del oeste llevan su nombre en homenaje a su labor misionera cercana a la gente. Su testimonio y anécdotas acompañan el recuerdo de los vecinos de la región, quienes lo evocan entrañablemente con gran nostalgia. Apodado el “cura gaucho”, contribuyó en toda la zona en la búsqueda de fuentes de agua para los campos, y era muy requerido también por su acción terapéutica con gran conocimiento de las propiedades curativas de las hierbas de la región.
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