El lunes 13 de mayo, en la Casas de Retiros Domingo Savio, de #RamosMejía, se llevó adelante la primera reunión del año del Padre Inspector y el Consejo Inspectorial con los directores y directoras de las Casas y sus Consejos de Obra.
Esta vez fue el turno de las Casas Salesianas del conurbano bonaerense.
Se compartió una jornada donde, a partir de la iluminación de la Hna. Ana María Donatto, donde se profundizó sobre el discernimiento: “En la vida cristiana, el discernimiento es una actitud cotidiana que necesitamos pedir como una gracia de Dios”.
Al finalizar el encuentro, algunos participantes hicieron declaraciones para donboscosur. Por ejemplo, el Director General de la Casa Salesiana Don Bosco, de Ramos Mejía, Patricio Fierens, expresó: “Como Consejo de la Casa estamos agradecidos por compartir juntos un espacio de formación. La posibilidad de revisar nuestros procesos de discernimiento como Consejo. Profundizar nuestros aciertos y animarnos a cambiar nuestros desaciertos”.
Por su parte, Belén Gorrochategui, Pastoralista de la Casa Salesiana Juan Segundo Fernández, de San Isidro, sostuvo: “La experiencia de compartir un encuentro con los Consejos de Obra fue muy positiva. El tema del discernimiento fue una elección oportuna porque nos posibilitó dialogar y reflexionar sobre la toma de decisiones, sobre las decisiones tomadas a la escucha de la realidad y también sobre cómo entendemos y concebimos la autoridad en la comunidad. Esta jornada nos dio la posibilidad de pensar el modo en el cual nos proyectamos y nos invitó a reafirmar que es con las y los jóvenes más vulnerados que la voz de Dios se nos revela y nos desafía”.
Juan Skarlovnik, Director General de la Casa Salesiana Nuestra Señora de la Guardia, de Bernal, afirmó: “Me quedan enormes ideas-fuerzas y propuestas para el trabajo personal y comunitario. Uno de los contenidos clave que me quedaron es que el discernimiento tiene que ver con el cernir, con el separar, con el tamizar, en donde, cual constructor, al pasar por el tamiz lo fino va pasando y lo grueso se queda, como las arenas finas y las piedras. Nada se descarta, nada se tira. Porque discernir no es elegir, sino que es ver cómo hacemos para amalgamar todas esas piezas para construir el reino. En uno de los contenidos que nos compartieron sobre el sujeto del discernimiento me llamó la atención una frase: ‘El discernimiento es un movimiento de amor que busca cómo amar más y mejor, cómo responder con más generosidad, cómo subir más humildemente y gratuitamente. En lo personal, cuando uno escucha y sabe escuchar a las personas, a las situaciones institucionales, a los acontecimientos, sabe que esa escucha tiene que ser una escucha plena. A medida que va escuchando, va entrando en la tierra más sagrada de cada una de las personas o de las instituciones. Por eso, hay que tener mucho cuidado de no lastimar esa tierra sagrada. Discernir es un deseo profundo de amar’”.
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