Preparando el corazón para una nueva Pascua, los educadores, las educadoras y jóvenes de la Casa Salesiana de Mar del Plata fueron invitados por el Equipo de Pastoral de la Obra para compartir un momento celebrativo que ayudó a caer en la cuenta de que la abundancia de la vida está en levantar la mirada y reconocerse hermanos y hermanas.
Es urgente en estos tiempos seguir construyendo y apostando por comunidades que alojen la vida.
“¡Tenemos la certeza de que la muerte y el dolor no tienen la última palabra!”, afirmaron desde el Equipo de Pastoral marplatense.
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