“Benedicto XVI, un hombre y un Papa que supo vivir en la sencillez y en el silencio”

La Oficina de Prensa del Vaticano anunció en la mañana del sábado 31 de enero, que a las 9.34 (hora de Roma), en la residencia del monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, había fallecido  el Papa emérito, Benedicto XVI, de 95 años.

Desde la mañana del próximo lunes 2 de enero, el cuerpo del Papa emérito estará en la basílica de San Pedro del Vaticano para el saludo de los fieles. El jueves 5 de enero, a las 9.30 (de Roma), se celebrará el funeral en la Plaza de San Pedro presidido por el Papa Francisco.

Al conocer la noticia, el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime, manifestó: “nos ha llegado la triste noticia del fallecimiento del Papa Emérito Benedicto XVI. Digo triste noticia porque toda pérdida humana deja siempre un vacío. Pero al mismo tiempo su vida ha sido una bendición. Una larga vida en años y una vida entregada al Señor Jesús en su servicio al Evangelio y a la Iglesia”.

Fernández Artime añadió: “se nos ha ido al encuentro de su Señor un gran Papa, un gran creyente, un gran teólogo y pensador, un hombre capaz de entablar puentes de comunicación con los más diversos filósofos, teólogos e intelectuales. Un Papa respetado y que será más valorado aún en los próximos años y décadas; un hombre y un Papa que supo vivir en la sencillez y en el silencio. Que el Dios de la vida lo tenga consigo. Como hijos de don Bosco, y como él enseñó a todos sus salesianos, hoy decimos también, ¡Viva el Papa!”.

Benedicto XVI murió en paz en su habitación en el primer piso del Monasterio Mater Ecclesiae en los Jardines del Vaticano, amorosamente asistido por su secretario personal y prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Gaenswein, y por las cuatro Memores Domini laicas consagradas que ya estuvieron a su lado durante sus ocho años de pontificado, a los que siguieron casi siete años de vida al servicio de la Iglesia “oculta del mundo”, como él mismo había anunciado con la histórica renuncia del 11 de febrero de 2013.

Desde hacía ya varios días el estado de salud del Papa emérito había ido empeorando debido al avance de la edad. El propio papa Francisco quiso compartir públicamente la noticia sobre el empeoramiento del estado de salud de su predecesor al final de la última audiencia general del año, el 28 de diciembre, cuando invitó a rezar por el papa emérito que “está muy enfermo”, para que el Señor lo consuele y lo sostenga “en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final”.

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