Francisco en Canadá: “Que el Papa haga brillar la humanidad es un testimonio sin igual”

Del 24 al 29 de julio el Papa Francisco visitó Canadá. Entre sus acciones visitó Edmonton, el lunes 25, donde se celebraron dos actos en reconocimiento del dolor infligido por la colonización a los pueblos indígenas.

Por la mañana, el Papa visitó a las reservas de Maskwacìs, a 100 kilómetros al sur de Edmonton. Por la tarde, se encontró con los indígenas en la iglesia del Sagrado Corazón en presencia de la comunidad parroquial.

En varias oportunidades, el Papa dijo que este es un “viaje penitencial”, para remediar el diálogo con los pueblos indígenas heridos en su cultura, en sus tradiciones. Un camino juntos, que debe ser realizado por todo Canadá.

Ahora, ¿qué pasó en la colonización de Canadá? ¿Qué fue este proceso de “asimilación cultural” por el cual la Iglesia, sin ser la única responsable, está pidiendo perdón a los pueblos originarios?

Para hablar de esto, el P. Francisco “Pancho” Chimento, de la comunidad salesiana de Zapala, delegado inspectorial del Campo Misión y miembro del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa), brindó una entrevista a Radio María.

Allí explicó: “En Canadá había un ‘proyecto de civilización’ del gobierno estatal que duró de 1830 a 1996, en donde quedaron afectados más de 150 mil niños indígenas. Este plan gubernamental dio participación a las distintas iglesias, entre ellas, la Católica. En esa época había tres categorías, según la teoría evolucionista de Darwin: en la humanidad había comunidades salvajes, comunidades bárbaras y comunidades civilizadas. ¡No es para justificar, sino para contextualizar! ¿Cuál era la concepción?: Había comunidades salvajes que había que civilizar”

Y detalló describiendo: “Muchas veces por desconocer a las comunidades, por no estar dentro de las comunidades, se encerraba en conceptos demoníacos. Por lo tanto, este proyecto gubernamental de civilización, por hacerlos pequeños ciudadanos canadienses se les trataba de eliminar su identidad aborigen, prohibiéndole su lengua y su cultura. Esto ha traído mucho daño. Imagínense sacar a un niño pequeño de la comunidad, porque se creía que era la vendimia del demonio, para llevarlo a una situación de civilización y nunca más devolverlo, nunca más informarle a la comunidad qué pasó con sus miembros. Esto fue muy deshumanizante”.

“El papa Francisco –continuó el P. Pancho Chimento– asume como alguien que preside nuestra Iglesia y como aquel que está haciendo primar la humanidad, la encarnación de Jesús, sobre todo dogma, sobre toda doctrina, sobre toda imposición. Que el Papa haga brillar la humanidad es un testimonio sin igual”.

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