En este año en que se vuelve a recobrar el entusiasmo, decir octubre y noviembre significa para el Secundario Don Bosco de Río Grande abrazar dos instancias bien importantes: el Yo sé y la ExpoBosco. De alguna manera, las tradiciones persisten, pero en diálogo con los emergentes, con los escenarios que nos atraviesan y, sobre todo, con la propuesta y creatividad de los chicos y las chicas. Ellos y ellas se lanzan, aun con el cansancio que supone el camino recorrido del año, a crear, a innovar, a dejar volar su imaginación, a trabajar en equipo, a ensayar y a brindarse por entero en pos de un proyecto que les convoque.
Como Colegio, se asume que hay un tiempo para todo y que la educación trasciende largamente las clases formales y las situaciones áulicas. Por eso, el aspecto artístico, cultural y relacional tiene la misma importancia que los contenidos curriculares.
Este año, la temática central del Yo sé radicó en “Tik Tok”, y cada curso propuso su propia combinación de canciones, brindando color a la mañana del viernes 30 de octubre, entre música, algarabía y una decoración de primer nivel.
La ExpoBosco este año cuenta con una novedad: tiene lugar desde una plataforma digital, a partir de la cual se suben videos, trabajos grupales, páginas web, perfiles de Instagram, cortometrajes, bailes, recetas de comidas en español y en inglés, materiales interactivos, etc., atendiendo así a los nuevos modos de aprender, de crear y –por qué no– de estar en los patios en que ellos y ellas están.
De esta manera, se pudo tener un bello encuentro presencial entre todos los estudiantes a partir de la puesta en escena del Yo sé y en la ExpoBosco, en donde se incursionó en el espacio virtual abriendo la Casa Salesiana a todos los que quieran visitarla y descubrir los talentos de tantos y tantas jóvenes.
El imprescindible acompañamiento de los educadores, los tiempos dedicados a preparar todo, el tomar los errores como oportunidades para continuar creciendo, el poder elegir el espacio y el tema donde trabajar, el entenderse colaborativamente con los otros, fueron todas oportunidades de aprendizaje y crecimiento comunitario y personal.
Nuestros estudiantes han construido 4 pisos de Exposición para más de 60 stand con unos 250 trabajos presentados, ciertamente han superado con creces las expectativas que se tenían cuando en agosto pasado se les propuso embarcarse en este desafío.
De esta manera, el año va alcanzando su epílogo. Y en la Casa Salesiana de Río Grande lo quieren cerrar, por supuesto, con mucha gratitud y con mucha confianza. La autonomía, el trabajo en equipo, la capacidad de dejar huella, el arrojo de comprometerse a una causa, son solo algunas de las invitaciones que se les hace a los y las estudiantes a modo de provocación, para que saquen de dentro suyo, simplemente lo mejor. ¡Y vaya que lo están haciendo!
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