Ha pasado más de un siglo desde que Don Bosco abrió el primer oratorio en Valdocco para hospedar a jóvenes excluidos y en condiciones de vida precarias, entretanto el deseo de los salesianos de estar cerca de los más pequeños nunca ha fallado. Hoy el mensaje del Santo viene explicado a través de una estructura del barrio San Paolo de Turín: la “Casa que hospeda”, lugar que recibe a una decena de jóvenes menores inmigrantes, los llamados menores no acompañados.
Un documental producido recientemente por la Dirección de Comunicación y Relaciones con los Ciudadanos y el Territorio de la Ciudad Metropolitana de Turín, que alterna la historia de Don Bosco y los salesianos, contada por el periodista Gian Mario Ricciardi, con la descripción de “Casa que hospeda” realizada a cargo de los protagonistas: el padre Alberto Lagostina, director de la casa, un tutor voluntario, los dos educadores y algunos voluntarios que ofrecen su trabajo haciendo posible el funcionamiento de la estructura.
Hacer la película fue complicado e inevitablemente fue condicionado por la pandemia; todo inició con una llamada telefónica al padre Lagostina a finales del pasado mes de febrero y continuó con algunas reuniones preparatorias para definir el guión. El rodaje tuvo lugar en la segunda quincena de abril en varios lugares: el Museo Casa Don Bosco y el oratorio de Valdocco fueron el escenario de las intervenciones de Ricciardi; las habitaciones y salas comunes de la “Casa que hospeda”, muestra los momentos de la vida cotidiana: la limpieza realizada por los chicos, la preparación del almuerzo con los voluntarios, el estudio, el juego y la cena.
Las calles del barrio San Paolo, con el mercado local, son la escenografía en la que los niños caminan, caminan … El caminar pretende ser una metáfora del migrante que abandona su país, la pobreza, la guerra o la persecución en busca de seguridad, de una vida mejor. A menudo se trata de sueños, la búsqueda de un Eldorado mítico que luego, pronto, no se revela como tal. A veces, las historias de los niños que vienen de África, Albania, Bangladesh y otros países en vías de desarrollo son dramáticas: viajes riesgosos marcados por la violencia de los guardias fronterizos, desvíos peligrosos, una vez que llegan a Italia, en el contexto de la mala vida (un refugio y comida en cambio de acciones ilegales).
La labor de quienes cuidan a estos jóvenes y los arrancan de la calle, como hizo Don Bosco, es preciosa y compleja, siempre en colaboración con el Municipio, con los organismos formadores y con todas las instituciones y personas que ayudan a integrar a los jóvenes en el tejido social y productivo de Turín.
El mensaje de la película se puede resumir en las palabras del padre Lagostina al final del documental: “Es el encuentro entre diferentes personas lo que conduce a una riqueza común. Este es el nuevo mundo que queremos”.
La película, que dura unos 23 minutos, ya está disponible en YouTube.
Fuente: infoans.org
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