El 29 y 30 de septiembre se realizó en el territorio de la comunidad Yala Laubat, en la localidad de Gan-Gan, Chubut un trawn (parlamento) que reúne a las comunidades mapuche tehuelche de la Meseta Central Norte.
Se puso en circulación el pensamiento y conocimiento propio, poniendo de manifiesto la vigencia y proyección de un pueblo que sigue de pie.
Tierra y territorio fueron las palabras claves de toda la conversación. La memoria del despojo está muy cercana, la acumulación terrateniente está presente y ahora se sufre con esos campos abandonados y solo habitables para zorros y llegada de pumas que representan una amenaza a los pobladores que deben cuidar con más atención sus ovejas y chivas. Las tierras “aptas y suficientes para el desarrollo humano” de las que hablan las Constituciones Nacional y Provincial, siguen ausentes de la política pública y del reconocimiento real de los derechos indígenas.
Frente a este panorama los pobladores reafirman la importancia de la decisión, la organización y el apoyo entre comunidades, como claves para seguir proyectando la lucha en defensa del territorio, los bienes comunes y los derechos fundamentales que como pueblo originario poseen.
Exigen nuevamente que luego del relevamiento territorial establecido por la ley 26.160 se den los pasos necesarios para lograr la entrega de los títulos comunitarios, demasiado largamente esperados.
Desde esta asamblea, se confirmó que la Meseta no es zona de sacrificio y ante la pretensión de la zonificación para la minería, confirman lo que los lonkos de las comunidades presentaron en la Legislatura Provincial el pasado mes de mayo donde solicitan que previo al tratamiento de proyectos referidos a la actividad minera en la Provincia del Chubut se efectivice la consulta y participación a las comunidades mapuche tehuelche, debiendo procurarse el consentimiento libre, previo e informado, tal como establece el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Yala Laubat, ha sido de las comunidades que con la fuerza de los pequeños se viene expresando contra la megamineria en la Meseta.
Lo más profundo, propio y esencial que las comunidades originarias tienen es la mapu (tierra), que no quieren dejar escapar de las manos porque ahí también se iría la identidad y el futuro. En eso están estas comunidades, con la fuerza de los ancestros, con la claridad y orientación de los ancianos, con la valentía de los jóvenes, con el empuje de las mujeres.
Fuente: www.endepa.org.ar
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