Desde el jueves 7 hasta el domingo 10 de noviembre, las Casas Salesianas de la provincia de Tierra del Fuego vivieron un tiempo fuerte de Dios, iniciando, en La Misión, de Río Grande, el camino de los 150 años de la Presencia Salesiana en la Argentina, bajo el lema “Tus sueños de Padre cruzaron fronteras”.
El viernes 8 se realizó la Expo Misión donde participaron estudiantes de la Escuela Nuestra Señora de la Candelaria, quienes presentaron la Casa a las escuelas y familias de Río Grande que visitaron la exposición. El sábado 9 tuvo lugar el acto central del inicio de los 150 años de la llegada de los salesianos a la Argentina. Luego la Misa central del inicio de los 150 años. Finalmente, el domingo 10, se celebró Eucaristía de acción de gracias por los misioneros llegados a estas tierras.
A continuación, compartimos un testimonio del P. Roberto Castello, sobre este aniversario tan significativo para toda la Familia Salesiana:
Dios nos regaló a cada encargado y encargada de pastoral, que con su presencia acompañó con ternura a cada chico y chica de nuestra Casa. Dios nos regaló a cada preceptor, preceptora, como verdaderos asistentes/educadores presentes entre los pibes y las pibas. Dios nos regaló a cada docente que se sumó a la propuesta, como “detrás de escena” de los y las estudiantes que presentaron sus proyectos y sueños. Dios nos regaló a cada instructor y a cada instructora que fueron creando espacios en que los chicos y chicas de nuestra casa podían mostrar con orgullo SU CASA. Dios nos regaló a cada persona de mantenimiento, limpieza, administración que estuvieron disponibles para responder a las urgencias y recibir bien a los invitados e invitadas a nuestra Casa.
Pero sobre todas las cosas, Dios nos regaló a cada uno de los y las 300 estudiantes que eligieron estar ahí, presentes para acompañar, sostener, resolver el problema de la lluvia, presentar la Casa, escuchar a los pequeños y pequeñas que recorrían nuestros espacios, hablar de quienes somos y lo que sabemos, para sonreír y mostrar que nos sabemos familia, ternura, escucha, acompañamiento, CASA SALESIANA.
No queda más que un GRACIAS INMENSO, porque nos emocionaron, nos mostraron quienes son, sus sueños y esperanzas, sus certezas, su forma de ser salesianos y salesianas.
¡Porque conmemoramos 150 años, y lo quisimos hacer así!
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