El pasado 27 y 28 de abril se realizó, en la ciudad de Caleta Olivia, el encuentro para comunidades de animadores de experiencias oratorianas que lleva por nombre “Ser Oratorio nos hace soñar”.
Animado por el Equipo Inspectorial de Oratorios, participaron de la experiencia 90 animadores y animadoras pertenecientes a comunidades oratorianas y otros grupos de las Casas Salesianas de Chubut y de Santa Cruz.
Respondiendo al objetivo del encuentro de formarse y de motivar a las comunidades de animadores de experiencias oratorianas, desde una lógica comunitaria, a reconocer al oratorio como un sueño vivo que hace a cada pibe y a cada piba, a cada animador y a cada animadora hijos e hijas de Don Bosco y parte del proyecto de Dios, que se sigue construyendo, con más fuerza, en los tiempos de mayor vulnerabilidad. El encuentro ofreció momentos recreativos, reflexivos, y celebrativos tanto de trabajo personal como comunitario.
A su vez, hubo momentos de trabajo en donde las y los participantes fueron divididos según su rol y trayectoria. Por un lado, asesores, asesoras, coordinadores, coordinadoras, referentes y adultos acompañantes de las experiencias oratorianas trabajaron en conjunto para poder acompañar la elaboración del proyecto local de cada oratorio y su vinculación con el PEPSAL y/o las opciones fundamentales de la Casa.
En simultáneo, los animadores y animadores pudieron formarse circulando por diversas propuestas que invitaron a conocer integralmente al Oratorio como una experiencia de Iglesia, desde el compromiso sociopolítico siendo un proyecto que se vive y anima en comunidad, desde sus orígenes hasta la actualidad.
Algunos de sus participantes finalizaron el encuentro compartiendo cómo volvían a sus comunidades:
“Me voy sintiendo que el oratorio es mi familia, así lo siento y al volver ahora a mi casa, me gustaría que los chicos con los que trabajamos también lo sientan así, como una familia, como su casa. Que el oratorio lo llevamos, no esperamos a que vengan, es nuestro propósito llevarlo, que todos y todas tengan la oportunidad de disfrutarlo y de seguir haciendo crecer el carisma”.
“Sobre todas las cosas me llevo un mayor entendimiento de la magnitud de la obra de la que somos parte. Lo que me llevo de esta experiencia fue ver que para lograr algo siempre se necesita de las otras personas y el trabajo comunitario. Ahora, nos queda el desafío de pensar cómo desde nuestra Casa, seguir caminando a partir de los pasos que dimos este fin de semana”.
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