El proyecto de la huerta del Colegio San Francisco de Sales, del barrio porteño de Almagro, empezó en la escuela como un trabajo entre el Nivel Secundario y el Nivel Inicial, favoreciendo el encuentro de sectores etarios diferentes como medio para complejizar las acciones comunes y posibilitando el desarrollo de aptitudes sociales.
Es a partir del reconocimiento, del cuidado y del respeto hacia nuestro entorno natural que este proyecto permite convertir a alumnos y alumnas en agentes de cambio y promotores ambientales, posibilitando la transmisión en forma recíproca entre grandes y chicos. En este sentido, el documento de Laudato Sí trabajado desde el área de Pastoral fue tomado como una encíclica papal. Un grito de auxilio llamando a cada uno y a cada una a ser más responsables con las acciones en función del cuidado del medioambiente.
Este proyecto pudo crecer y mantenerse en el tiempo porque fue pensado como pequeñas acciones, pequeños granitos de arena. Cualquier acción, por mínima que sea, genera un impacto que no es visible de manera inmediata, pero que sí provoca una transformación en el aprendizaje y en la persona en cómo se vincula con la naturaleza.
También porque es un proyecto pensado para convocar y trabajar en conjunto, en paridad con las y los estudiantes, dándole lugar a las personas que no suelen participar de estos proyectos educativos.
A continuación, se comparten las experiencias de referentes ambientales, docentes y estudiantes que participaron de la propuesta.
0 Comments