Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío, creo y espero

El sábado 1 de noviembre se vivió la 55° Peregrinación anual al Sagrado Corazón de Jesús, en la presencia salesiana de Villa Luzuriaga bajo el lema “Tu corazón, la esperanza de todos”.

Fue una jornada rica en humanidad y espiritualidad, donde se pudo, una vez más, ser hospital de campaña, casa de puertas abiertas, oratorio salesiano que recibe la vida como viene y que comparte con alegría la propia experiencia de Dios. En cada momento de la jornada hubo confesores y escuchadores para contener y acompañar a los Peregrinos.

La jornada se inició con el envío de los servidores, un momento donde se nos animó a recibir a todos los peregrinos con una sonrisa, transmitir el amor que hemos experimentado a los demás, contener a quienes tienen necesidad. Ya con la bendición, los servidores se dispusieron a vivir esta experiencia desde el servicio fraterno.

A lo largo del día se fueron acercando tantos peregrinos, para dar gracias al Sagrado Corazón de Jesús, pero también llevando sus enfermedades, dolores, tristezas. particularmente, la misa celebrada “por los enfermos y afligidos”, por la mañana, fue un momento donde, una vez más, se pudo sentir patente la invitación de Jesús: “Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los aliviaré…”  Y a la vez, reafirmar en el  Santuario que “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.” Con la adoración eucarística y el bálsamo de la alegría pudimos palpar la proximidad de Cristo que se hizo cercano a los pobres y afligidos, a los enfermos y a los pobres. 

Emotivo fue el recuerdo de los servidores y peregrinos que se adelantaron a la casa del Padre. Un momento de poner en el corazón de Jesús tantos rostros y nombres de quienes acompañaron en años anteriores. Una memoría agradecida y esperanzada, al reconocer que Dios hace nuevas todas las cosas y, en el Corazón de Jesús, nada se pierde, todo se transforma.

Durante toda la jornada, el Movimiento Juvenil Salesiano de la Casa Salesiana estuvo implicado en varias actividades, particularmente en la Misa “por los jóvenes” se pudo orar por ellos y con ellos, animándolos a ser valientes y creativos en la vivencia de su fe y a ser generosos en la construcción de un Oeste más humano y solidario.

El momento central se vivió cerca de las 16. Desde las Catedrales de San Justo y de Morón, así como de diversas capillas y parroquias de las diócesis de Laferrere y de San Justo, miles de peregrinos quienes, acompañados por los obispos de Morón, Mons. Alejandro Benna, y de San Justo, Mons. Eduardo García, se dispusieron a caminar en dirección al Santuario, llenando las calles de diversas manifestaciones de fe, con el colorido de un pueblo que se encuentra y que celebra la vida.

Al llegar al Santuario un mar de personas desbordó el lugar y entre cánticos y alabanzas se celebró la eucaristía “por los Peregrinos” presidida por el padre obispo Alejandro y por el padre obispo Eduardo. En ella se recordó a los peregrinos la particular vocación a la santidad y se los animó a reconocer a los “santos de la puerta de al lado”.

¿Cómo puede finalizar una fiesta del pueblo sin chamamé ni cumbia? La noche se convirtió en un momento de fiesta donde el baile, el canto, las tortas fritas, fortalecieron la hermandad de los peregrinos y recordó al oratorio festivo de Don Bosco donde se insistía en que una Casa sin música es como un cuerpo sin alma.

Sin lugar a dudas, cada momento fue una muestra de cómo “Amor con amor se paga”, y dejó la invitación para que en el Santuario Sagrado Corazón de Jesús, de Villa luzuriaga, se puede vivir de tal manera que no sólo los peregrinos, sino todo el Oeste bonaerense, encuentre una nueva esperanza.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío, creo y espero.

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