“El sueño que hace soñar” es el lema que el Rector Mayor propone a la Familia Salesiana del mundo para trabajar y reflexionar durante todo el año 2024. Y como lo indica, no se trata solamente de conocer y estudiar más en profundidad el sueño que a los nueve años tuvo Don Bosco y que le marcó la misión de su vida -trabajar por los jóvenes, especialmente por los más pobres-, del que estamos celebrando sus 200 años, sino que también nos propone traerlo al presente, invitándonos a desplegar nuestros sueños personales y comunitarios, a buscar qué nos dice Dios a nosotros en nuestros sueños.
Por este motivo la propuesta gráfica que acompaña el lema del 2024 cuenta con diferentes elementos, colores y tipografías que buscan reforzar desde la imagen este mensaje.
Por un lado en la parte superior del afiche predominan los tonos marrones y ocres, haciendo referencia a la rica historia salesiana y particularmente al sueño original de Don Bosco, pilar fundamental de esa historia. Incluso si se observa con detenimiento en el fondo puede verse la redacción original del sueño escrito de puño y letra por el mismo Don Bosco en la primera edición de las Memorias del Oratorio. La tipografía elegida, que simula la escritura a mano alzada, nos invita a valorar la originalidad y el protagonismo que cada persona aporta con sus sueños al mundo.
La palabra “soñar” refleja la diversidad de sueños que se despliegan hoy en nuestra Argentina salesiana. Pero también presenta diversidad de colores, algunos incompletos, porque existen también quiénes hoy les cuesta o no pueden soñar, o aquellos sueños y proyectos que quedan por desplegarse. Además, las letras se encuentran sobre bocetos y marcas en lápiz, buscando dar cuenta de la intervención de Dios y de otras personas en esos sueños, que, como a Juanito, nos señalan el camino, pero que no necesariamente nos limitan, ni determinan.
En el centro del afiche aparece la referencia a la acción, al hacer, que no casualmente está escrito sobre una cinta; se trata de un puente, un nexo que conecta la historia con el presente y que nos ayuda a actualizar ese sueño original en una multiplicidad de sueños personales y comunitarios.
Finalmente, la invitación se completa con tres palabras muy significativas: “familia”, “obra” y “misión”, con la intención de llevar estos sueños a cada lugar donde transitemos y poder transformarlos en acciones concretas.
Sueños que, en el caso de Don Bosco, surgen en el calor de una familia, y con ese mismo espíritu de confianza y respeto nos invita a caminar y trabajar juntos.
Sueños que no quedan en el aire, sino que se transforman en acciones concretas en favor de los jóvenes más abandonados y en peligro.
Sueños que nos invitan a no quedarnos quietos, a no conformarnos, a llevar alivio a quienes ansiosamente buscan vida y esperanza, construyendo juntos un futuro posible.
El sueño de Don Bosco sigue vivo mientras sigamos construyendo el nuestro cada día.
En el Boletín Salesiano se podrán conocer otros recursos para trabajar en las Casas Salesianas durante este año.
Gracias por darnos acceso al Sueño que hace soñar