En el día litúrgico de San Juan Bosco, 31 de enero, el Padre Inspector Darío Perera, envía un nuevo mensaje por video para toda la Familia Salesiana de la Inspectoría.
Pero este 31 de enero es muy especial porque la fiesta de Don Bosco se celebra en el marco del año en que toda la Congregación conmemora los 150 años de la llegada de la primera expedición misionera salesiana “que justamente vino a nuestra Patria, a nuestra Inspectoría, especialmente, a la Patagonia”.
Desde la Iglesia Mater Misericordiae, lugar donde se asentaron los primeros salesianos ni bien llegaron a Buenos Aires, la reflexión se centra en lo que significó para Don Bosco enviar a sus hijos, “justamente al fin del mundo, allí donde la geografía se hacía tan hostil y donde las condiciones de vida eran tan precarias”.
“Mandó a sus mejores hijos, entre ellos al P. Juan Caglirero, que era alguien con el cual tenía un cariño especial. Envió a aquellos diez primeros misioneros que le significó un desgarro profundo el irse de Italia para venir a cumplir los sueños de Don Bosco a esta tierra. Uno de esos misioneros, el P. Valentín Cassini escribe que fue un momento difícil separarse de Don Bosco ‘solo se puede entender esa separación como aquel que se ha despedido para siempre de su padre y de su madre’”, explica al Padre Inspector.
Por eso, en este 31 de enero el P. Darío invita “a tomar conciencia de que somos herederos de una entrega inmensa, de un corazón extraordinario, sea de nuestro Padre Don Bosco, sea de esos primeros diez misioneros. Don Bosco no tuvo miedo de decirle a Cagliero ‘Ve a aquellas tierras’ y de desprenderse de uno de sus hijos más queridos y más significativos en Valdocco. Ninguno de aquellos misioneros tuvo miedo de cruzar el Atlántico para venir hasta aquí. Hoy nosotros somos herederos de aquellos sueños”.
E incentiva: “no tengamos miedo de ir a la periferia, de nuestra osadía, de nuestra entrega desinteresada hacia los últimos. Don Bosco nos enseñó eso, justamente a no tener miedo, a tener sueños grandes, a solo confiar en la fuerza de la Gracia. A no mirar tanto nuestros límites, nuestras pequeñeces, nuestras miserias… Don Bosco nos invita a ir por más”.
Finalmente, sostiene que, en el marco de estos 150 años de la primera expedición misionera salesiana, “nos proyectamos hacia adelante, hacia los sueños que están por venir, hacia los desafíos que Dios nos tiene preparados”.
“¡Feliz día de nuestro Padre Don Bosco! ¡Feliz día de aquellos que se comprometen con sus sueños! ¡Feliz día a aquellos que están en los patios, en los oratorios, en las periferias, sosteniendo todavía aquel sueño originario que trajo a sus hijos más queridos a nuestra tierra!”, augura.
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