Compartimos el mensaje del hermano Marcos Dalla Cía, misionero en Bulgaria.
Queridos hermanos, ¡un saludo!
Después de un tiempo de cierta intensidad, acerco unas líneas para compartirles lo vivido este último mes y medio. Si tuviera que sintetizar la fuerte experiencia que estoy haciendo, lo haría con las tres palabras que el P. Guillermo Basañes nos regaló al comenzar el curso: personas, lugares y oración.
Personas: Tanto la preparación a la Misa de envío del 29/10 como el curso para misioneros que estamos haciendo actualmente en la UPS, me hicieron vivir de manera intensa el don de la fraternidad. ¡Qué regalo y tesoro tiene la Congregación en sus hijos! Ya hacíamos esa experiencia en ARS, pero vivirlo ahora en la diversidad cultural amplía los horizontes y ensancha el corazón… Se me hace muy actual aquello de nuestras Constituciones en los números 49 y 50.
Lugares: Hermosa y muy revitalizante la peregrinación por los lugares salesianos y por los lugares donde la fe cristiana dejó su testimonio en Roma. Para mí fue una nueva oportunidad para agradecer por la persona de Don Bosco, hombre de Dios y de los jóvenes, pero también por su creativa fidelidad y tenaz amor a la Iglesia, esa Iglesia que supo (y sabe) dar testimonio de su Señor en la semilla de sus mártires y santos.
Oración: Esta palabra sintetiza lo vivido. En la presencia de Dios todo adquiere nuevas dimensiones; el pasado (aún el reciente en ARS), el tiempo actual y los desafíos que se vislumbran de cara al futuro, se me presentan dentro de los vastos horizontes de Dios… todo ocupa su lugar en la Providencia y es experiencia del creyente saberse en las manos de Dios, llamado por Él, cuidado por Él, amado por Él. ¡Agradecido al Señor por esto!
Termino estas breves líneas agradeciendo a cada uno los mensajes y saludos de todo este tiempo. Los tuve especialmente presente en la Basílica de María Auxiliadora el pasado 29: no dejo de agradecer por la Inspectoría que me “alumbró” a la vida salesiana, así como tampoco dejo de rezar por sus dificultades y dolores. Una oración especial se dirige al Congreso de María Auxiliadora que se acerca: ¡ojalá que pueda ser una oportunidad de renovación, desde María!
Estamos realmente en comunión. ¡Un gran abrazo!
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