Mensaje de Mons. Miñarro: Hombres que se aventuraron en “llevarles a Cristo a quienes vivimos en esta periferia del mundo”

“Hoy la Iglesia Patagónica está de fiesta. Se conmemoran el nacimiento de Don Bosco y de la llegada de los misioneros Salesianos a la Argentina”, inicia su carta abierta el recientemente designado por el Papa León XIV como Administrador Apostólico de la Diócesis de Alto Valle, Mons. Oscar Miñarro.

“Es una oportunidad más para dar gracias a Dios por la vida de los santos y de este tan cercano a nosotros, que a través de sus sueños, dirigió una obra de misión, que hoy se plasma en la realidad toda de nuestra querida Patagonia Argentina. Fueron esos valientes, llenos de fe y del fuego sagrado del Espíritu Santo, quienes hicieron posible la evangelización en este rincón del mundo. Hombres que dejaron atrás, la comodidad de sus casas, familias, cultura, lengua… para aventurarse a un sueño que les era común: Llevarles a Cristo a quienes vivimos en esta periferia del mundo”, resaltó el obispo.

Y describió: “Debemos, por un instante, hacer despojo de nuestra mentalidad cotidiana, para dimensionar de lo que hablamos, realizar esta empresa hace ciento cincuenta años. Donde no existían los medios de comunicación de hoy, donde no habían rutas ni caminos, ni transporte, ni aires acondicionados, ni calefacción central… Solo una tierra brava, llena de belleza y misterio, de hombres rudos y mujeres intrépidas, que llegaron a poblar este rincón del mundo bendito. Lejos de los suyos por décadas, y dónde no pocos, dejaron su vida como semilla de una nueva realidad que brotaba con el latir del corazón de Don Bosco”.

“Hoy, ciento cincuenta años después —explica Mons. Miñarro en su carta—, no puedo menos que agradecer; al llegar a este sur argentino, la tremenda labor de estos Santos, mártires de la vida, que dejaron todo para engrandecer este rincón de nuestro país. Mi admiración, mi respeto, mi gratitud a la Congregación Salesiana por su inclaudicable labor en la enseñanza y educación; el anuncio misionero del evangelio, la presencia cercana, que llega hasta el día de hoy como los brazos de la Iglesia”.

De esta manera, el Administrador Apostólico de la Diócesis de Alto Valle se une a sus hermanos Obispos Patagónicos, “en la oración y la memoria agradecida por esta presencia entrañable en nuestras comunidades”.

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