… donde el espíritu de familia genera relaciones de confianza, donde cada destinatario se sabe conocido y se siente reconocido por sus educadores. Donde hay una apuesta fuerte a todo lo que genera sentido de pertenencia y construcción de la comunión entre las personas.

… donde se testimonian y transmiten valores que ayudan a la madurez humana de los chicos y jóvenes. Un ámbito en el que se reciben conocimientos, pero a la vez se promueven actitudes que ayudan a la búsqueda del propio desarrollo y de un compromiso con el bien común.

… donde todas las actividades e intervenciones se plantean desde una visión trascendente de la vida. La persona, el mensaje y la Pascua de Jesucristo son el centro que motoriza nuestra acción.

… donde el juego, el tiempo libre y el encuentro de amigos se vuelven oportunidad de crecimiento porque el niño, la niña o el joven se sienten a gusto y asimilan maneras sanas y constructivas de vivir lo lúdico y de vincularse con otros en un adecuado ejercicio de su libertad.