Con gran conmoción comunicamos la partida a la casa del Padre de Roswitha Maus, gestora de proyectos para la región América Latina y el Caribe de Don Bosco Mondo, una ONG salesiana con sede en la ciudad alemana de Bonn, que apoya proyectos salesianos en el mundo que beneficien a niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Su apoyo a nuestra inspectoría, y las que nos precedieron, fue incondicional. Su admirable capacidad de trabajo y compromiso con la gente hizo posible la concreción de muchos proyectos importantes para el desarrollo de nuestras obras. Sería imposible nombrar a todos, porque realmente han sido incontables a lo largo de tantos años; y algunos de ellos de gran envergadura: producción integral con comunidades mapuches tehuelches en la meseta del Chubut, centro de capacitación laboral en Trelew (Chubut), el colegio secundario de General Pico (La Pampa), ampliación del Instituto del Rosario y secundario Don Bosco en Villa Regina (Río Negro), ampliación de talleres y aulas de La Piedad en Bahía Blanca (Buenos Aires), la planta de biogás en la escuela agrotécnica de Del Valle (Buenos Aires).
Actualmente, estaba acompañando la ejecución del proyecto del centro de formación profesional de Mar del Plata (Buenos Aires) y trabajando en un gran proyecto para la casa San Pedro del barrio porteño de La Boca. Por ello, había visitado el país en febrero pasado.
Además, fue muy importante para la realización de los talleres de fortalecimiento de las capacidades de las oficinas de planificación y desarrollo (OPD) y centros de formación profesional (CFP) de las inspectorías de América Latina y el Caribe, que desde 2018 se desarrollan en diferentes países de la región. Además, acompañó distintas iniciativas mundiales en este sentido, siempre preocupada por la profesionalización de ambos servicios. Integrantes de la Oficina de Planificación y Desarrollo (OPD) inspectorial compartieron con ella el último taller realizado en febrero pasado en la ciudad colombiana de Medellín y estaban planificando la realización de un próximo encuentro en Argentina.
Querida Roswitha, vamos a a extraña tu tenacidad, tu dedicación, los pequeños momentos cotidianos compartidos, tu mirada de fe y el compromiso con los más vulnerados. Agradecemos a Dios y Don Bosco el don de tu vida.
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