El 16 de diciembre Bahía Blanca sufrió un terrible vendaval con un frente de más de 20 kilómetros y ráfagas de viento que superaron los 200 kilómetros destruyendo mucho a su paso.
En diversos sectores de la Casa Salesiana La Piedad se volaron más de 600 metros cuadrados de techo, en el colegio, en la casa salesiana, en las capillas y otros sectores.
Pero la prioridad fue la asistencia a las familias más afectadas.
Por eso, la solidaridad emergió en cada rincón del tejido social, a donde se sumaron todas las Casas Salesianas de la ciudad.
El verano no fue un impedimento para continuar ayudando, de la mano de muchos jóvenes y adultos de estas Casas Salesianas.
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