Agentes de la pastoral aborigen de las diócesis del país junto con los Obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen, participaron del 4 al 6 de octubre, de la XVII Asamblea Nacional de Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa), en San Antonio de Arredondo, Córdoba.
Bajo el lema “Hermana agua que corre, fortalece y fecunda nuestro camino”, hubo tiempo para compartir las realidades, desafíos, sufrimientos, luchas y sueños de los equipos y las Comunidades de los Pueblos Indígenas con los que comparten la vida.
Entre los participantes, estuvieron el P. Francisco “Pancho” Chimento y Beatriz “Coca” Manso, del Equipo Inspectorial del Campo Misión.
En esos días se eligió el nuevo Equipo de Coordinación Nacional: Rodolfo Fernández, continúa como coordinador nacional y como coordinadores regionales asumieron, por el NEA, Fabián Troncoso y Susana Sotelo; por el NOA, Lalo Bertea y Emilia Bocanegra, y por el SUR, Coca Manso y Germán Zúñiga.
“Abandonar actitudes de violencia…”
En este contexto de Asamblea Nacional, se emitió un comunicado ante “los múltiples atropellos sufridos por las Comunidades”, ante “el creciente discurso estigmatizante contra los Pueblos Indígenas y de quienes acompañamos sus caminos de lucha”, y cuando “desde el poder político y económico se pretende, nuevamente, negar su preexistencia y pertenencia al Estado Argentino”, expresan que se vuelven a escuchar afirmaciones sobre los pueblos indígenas “como ‘los otros’, ‘los extranjeros’ retrotrayéndonos a un pasado violento y excluyente”.
“Como Endepa alzamos nuestra voz junto a los Pueblos Indígenas presentes a lo largo y ancho del país, y exigimos el respeto de los Derechos Indígenas consagrados tanto en Convenios internacionales como así también en nuestra Constitución Nacional”, sostuvieron.
Y añadieron: “Reconocemos el desafío de identificarnos como Estado pluricultural pluriétnico y de respetar los procesos institucionales para que no se conviertan en una mera formalidad decorativa que debilita y degrada nuestra democracia”.
Por eso, pidieron a los gobiernos “abandonar actitudes de violencia y represión frente a Comunidades Indígenas, e involucrarse en la superación positiva de los conflictos en territorios indígenas, en un marco de respeto por la verdad y las normas jurídicas vigentes, incluyendo a los indígenas como parte esencial de la solución mediante medidas no violentas que propicien el diálogo, la amistad social y la paz”.
“Con terca esperanza seguimos resistiendo, convencidos de que la convivencia en esta Casa Común valida un estilo de vida que requiere un cambio de paradigma, propiciando la cultura del encuentro y diálogos interculturales. En la raíz de esta forma de percibir el mundo está la experiencia de un Dios que es Misericordia, un Dios que se desborda por puro amor y nos invita a restaurar creativamente los vínculos sagrados de la hermandad. La Buena Noticia del Evangelio nos sigue animando en la convicción de que con ella y con el aporte de los Pueblos Indígenas ‘otra Argentina es posible’ , viviendo nuestra fe en Jesús que nos dice a todos: ‘He venido para que tengan vida y vida en abundancia’ (Jn.10, 10)”, concluyeron.
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