Los días 29 y 30 de abril se realizó, en la ciudad fueguina de Río Grande, la Escuela de Animadores del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) de la región Patagonia Austral. El lema que congregó a casi 80 jóvenes de entre 14 y 25 años fue “Aquí hay un joven”.
El encuentro fue animado por el Equipo del MJS de Patagonia Austral, conformado por animadores y animadoras, provenientes del la Casa Salesiana Don Bosco, de Ushuaia y de las Casas Don Bosco, la Misión Salesiana, y María Auxiliadora, de Río Grande, quienes se pusieron a revisar el modo de hacer la Escuela de Animadores de la Patagonia Austral y se embarcaron en la aventura de hacerse formadores de jóvenes. También estuvieron acompañados por miembros del Equipo de Oratorios Inspectorial, Emilia Duca y María José Colombo y por el delegado de la Pastoral Juvenil, Hno. Agustín Camiletti.
Desde el inicio, el sueño de Don Bosco tuvo como meta la de formar jóvenes capaces de acompañar a otros y otras jóvenes. El ser animador se convirtió en el horizonte pedagógico de la espiritualidad salesiana. Se trata de descubrir el ser educadores y educadoras. No de “hacer” de educadores.
Configura en los jóvenes una perspectiva de vida que entiende del cuidado, del compromiso con los otros y las otras. El “registro de un otro/a” es el hilo conductor de uno modo de hacer Evangelio presente en la historia, de un estilo de compromiso social y político que se sumerge en la vida y trata que esta sea oportunidad para todos. Así vivió Don Bosco inspirado en un Jesús que toma su cruz, la abraza y la enfrenta, sabiendo del amor de un Padre/Madre presente y operante. Se trata, en definitiva, de una fe operante, no ajena a las dificultades, sino con las manos en la realidad, para hacerla resucitar.
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