Aprendizaje en servicio, como parte de la génesis carismática

Desde siempre, la obra salesiana se caracterizó por estar atenta a los signos de los tiempos y, de un modo especial, en estar a la mano de quienes más lo necesiten. En sintonía con la Iglesia en salida que propone el Papa Francisco, la Casa Salesiana Don Bosco, de Río Grande, busca hacerse eco de esa llamada y procuran responder de manera creativa: haciendo lo de siempre, con aires renovados.

No pretenden quedarse en análisis pormenorizados de la realidad, sino en poder ir al territorio, a trabajar codo a codo con las comunidades y a ir vislumbrando, sin prisa, pero sin pausa, las semillas del Reino que van cayendo sobre tierra fértil. En este sentido, de acuerdo a lo consensuado hace ya más de una década en su Proyecto Educativo Pastoral Salesianos Local (PEPSAL), la apuesta sigue siendo en los barrios más vulnerables de la ciudad.

El compromiso del nivel secundario sigue estando presente, todos los martes, miércoles y jueves, cuando se brinda el espacio de apoyo escolar, en medio de un clima oratoriano. De esta manera, las tardes se dividen en tres grandes bloques: un espacio específico diseñado para acompañar las trayectorias educativas y pedagógicas de los chicos y chicas, un tiempo destinado al juego y a la recreación y, por último, la merienda. Seguimos volviendo a la fuente de nuestra inspiración: un clima agradable, festivo, de seguridad afectiva y en el que también enseñamos y aprendemos mediante el hacer.

Llama poderosa y positivamente la atención, por otra parte, la significativa adhesión y propuestas que desde el nivel terciario (Instituto Salesiano de Educación Superior) continúan desplegándose. Además de continuar con el trabajo en las capillas de Rosario y el centro pastoral Ceferino Namuncurá, los estudiantes del nivel superior asisten, en pequeños grupos, a la penitenciaría de la ciudad, brindando diversas propuestas y talleres en contextos de encierro. Dicha labor entusiasma, especialmente, no solo por ir a los últimos y relegados de la sociedad, sino también porque en la génesis carismática, el mismo Don Bosco solía recorrer las cárceles de Turín, llevando un poco de esperanza a quienes tenían un destino signado por los estigmas sociales y las pocas oportunidades.

De acuerdo a sus posibilidades, el nivel Primario también está organizando experiencias de visitas a las capillas, donde los niños y las niñas comparten con sus pares tardes recreativas y de aprendizaje significativo. El oratorio festivo sigue afianzándose en sus dos propuestas: los jueves por la tarde, destinado a los últimos cursos de Primaria (y organizado por estudiantes del secundario) y los viernes, pensado específicamente para quienes cursan en el nivel secundario. Al margen de las diversas propuestas, el hilo conductor sigue siendo el mismo: música, deporte, unos ricos mates y la vida compartida, en ese bello territorio de la infancia y de la adolescencia.

Como primer acercamiento, y con la mirada oratoriana, se realizó el primer oratorio en el nivel inicial, donde los papás junto con sus hijos y sus hijas, participan de los juegos y las dinámicas colaborativas. El nivel secundario y terciario participan con diferentes propuestas, articulando así con los niveles, estudiantes del nivel secundario y terciario, junto a profesores de los dos niveles.

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