El Oratorio Hueney, de la Casa Salesiana de Ensenada, realizó la Convivencia de Verano como cierre de las actividades y el trabajo de todo el año con los y las adolescentes de los barrios de la ciudad. Fue entre el martes 16 y el viernes 19 de enero, en el Campo de Deportes de la Casa Sagrado Corazón, de La Plata, ubicado en el Barrio Aeropuerto de la capital bonaerense.
Fueron “días de Cielo” donde se vivieron momentos fuertes en torno a la formación que se desarrolló reflexionando sobre el valor de cada uno, lo que nos une bebiendo todos del mismo Manantial, la importancia y la vivencia de la Confesión y la Eucaristía, la cual se tuvo la Gracia de poder tener todos los días la Santa Misa celebrada por el P. Fernando Contarino, meditar y ver la presencia e intercesión de María Santísima en la vida de cada uno, cerrando cada día con un momento de Adoración al Santísimo y el Santo Rosario al acostarse.
Por supuesto, no faltaron los juegos, las competencias, los tiempos de pileta y tantos momentos vividos a fondo. Cada día se evidenció el cambio que cada pibe y cada piba, que fueron mejorando en su relación entre ellos y con Dios.
Ayudaron a la formación, videos como El País de los Pozos y El Gran Milagro. Reflexiones personales y en grupo, el compartir sus experiencias y la vida de cada día, en lo habitual del año, junto con sus amigos y familia. Todo ayudó a tener un clima de alegría, de diversión y de profundidad. Se realizó el Amigo Invisible, tanto entre chicos y chicas como entre animadores, siendo muy grato ver como preparaban pequeños regalos para su amigo, que fue descubierto el último día.
También pudieron hacer manualidades, las cuales se llevaron como apoya celulares en madera que ellos mismos pintaron y decoraron, pulseras y demás. Se aprovecharon todos los momentos, desde la levantada, primero de los animadores para la oración de la mañana, la evaluación del día anterior y la planificación del presente para luego levantar a los chicos, hasta irse todos a dormir.
Fueron de mucha ayuda mamás y papás que se hicieron cargo de la cocina y de la limpieza, algunas incluso se quedaron a dormir todos los días y otros venían después del trabajo.
Fue llevado adelante por un grupo de animadores, con los más nuevos como los que llevan algunos años más de Oratorio, siempre firmes en su fe y fieles al Carisma de Juan Bosco, para no apartarse de Dios y poder mostrarle a cada pibe y a cada piba “que Dios nos ama”.
“Fueron unos días de alegría, clima de familia y felicidad para cada uno de los chicos y un regalo inmenso para los animadores que se dedicaron por entero a transmitir a Jesús, centro de la vida salesiana con la presencia permanente de nuestra Mamá María”, afirmaron los animadores del oratorio.
“Gracias a todos los que hicieron posible esta experiencia de vida, ya sea con su presencia, con su oración y con la colaboración económica, sin la cual no hubiese sido posible. Dios recompense el ciento por uno todo lo entregado por amor”, puntualizaron.
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