Se ha escrito con verdad absoluta que Don Bosco nunca dejó de confesar, incluso enfermo y a pocos meses de morir, confesaba. Su gran alegría era que sus hijos estuviesen en “gracia de Dios”. “Todos los muchachos querían confesarse con Don Bosco” y alguno podrá preguntarse el por qué. La respuesta está en la foto. Es la imagen más hermosa para Don Bosco, que incluso podría decir que fue el mismo santo que deseaba hacerse esta foto confesando. Se constata la “identidad” de sacerdote, con rostro sereno, con mirada atenta, con actitud paterna, como es un confesor. Decidió colocar confesando a quien fuera su II Sucesor: Pablo Albera. La foto la realizó Francesco Serra con el título “Don Bosco confesando”, en Turín, en 1861.
Fuente. infoans.org
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