“Ceferino escucha a Dios que le habla a través del rostro preocupado de su papá…”

El martes 26 de agosto, el día en que la liturgia recuerda al beato Ceferino Namuncurá, en la ciudad de Chimpay, lugar donde nació el joven mapuche hace 139 años, se iniciaron las celebraciones bajo el lema “Con Ceferino caminamos juntos, peregrinos de esperanza”. Esta es la 55° peregrinación de fe que culminará el domingo 31 de agosto con la peregrinación y la misa central a las 11 de la mañana, que será presidida por el arzobispo de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. Marcelo Colombo.

Es así que al mediodía de este martes, el obispo de Viedma, Mons. Esteban Laxague SDB, celebró la Eucaristía en el parque Ceferiniano, en una misa que fue concelebrada por el P. Antonio “Tono” Sánchez Lara SDB, párroco de Chimpay, y por el P. Pedro Narambuena SDB, vicepostulador de la causa de canonización del beato.

Con un día casi primaveral, vecinos de Chimpay, peregrinos de la región y una comitiva de unos 300 estudiantes y docentes del Instituto Salesiano Sagrado Corazón de Jesús, de Luis Beltrán, participaron de la celebración y del posterior festejo de cumpleaños.

En su homilía, el obispo Laxague expresó: “Dios nos entregó toda esta naturaleza maravillosa. Mirando el sol, las plantas, el agua, descubrís que Dios está presente. Y es algo lindo lo que nos quiere decir en este cumpleaños Ceferino: Dios está muy presente en tu vida. ¡Qué lindo llegar a Chimpay, y que Ceferino en su cumpleaños nos regale el mensaje de que Dios está presente y te acompaña!”

Y reflexionó sobre el poncho marrón que durante mucho tiempo tuvo la imagen de Ceferino que se venera en Chimpay y que estuvo peregrinando por distintos lugares de la Patagonia. “Sobre el altar está este ponchito marroncito y andariego que partió de Chimpay hace 7 años y este año viene de la localidad de Daniel Cerri, cerca de Bahía Blanca. ¿Y qué pasó en Bahía Blanca hace unos meses atrás? Una gran inundación. Y ese ponchito es testigo de muchos ruegos. Por eso, el ponchito va acompañado por este cuaderno donde hay muchas intenciones de los peregrinos, de las familias, de los niños, de los jóvenes, de las mamás, de los ancianos, de los enfermos que han acudido a Ceferino, han acudido a Dios, pidiendo ayuda”.

Mientras hablaba, invitó a unos niños y a unos abuelos a que abran el poncho tomando una punta cada uno para hacer una protección para el sol, que pegaba fuerte a esa hora del día. Y continuó: “Los invito a mirar este ponchito y ¿para qué sirve este ponchito? Ustedes dirán que puede cobijar cuando hace frío; también puede servir para hacer un techo, abriendo las cuatro puntas, para sombrear. ¿Cuántas cosas podemos pensar de este ponchito? Pero yo los invito a hacer algo más… Este ponchito es mucho más que un cobijo, porque tiene historias de fe, tiene un mensaje para nosotros: este ponchito nos invita a querer a Dios, que siempre está con nosotros, en las buenas y en las malas”.

En seguida, el obispo Laxague se refirió a la primera lectura de la misa (Ex 3, 2-10) sobre Moisés y la zarza encendida: “¡Qué lindo cuando Moisés se acerca a la zarza y descubre una voz, la voz de Dios! Escucha a Dios que le habla preocupado porque su pueblo está sufriendo en Egipto. Moisés se acerca a la zarza para curosear y se queda sorprendido porque encuentra a un Dios que lo invita a poner el cuerpo para liberar a su pueblo. Y Moisés contesta: ‘Aquí estoy’”.

El obispo de Viedma invita a hacer un paralelismo con el beato mapuche. “Ceferino escucha a Dios que le habla a través del rostro preocupado de su papá, de su mamá que hace milagros para que haya algo en la olla, de sus parientes que a veces enferman y están solos. Ceferino escucha la voz de Dios que le dice ‘Ceferino, te necesito’ y Ceferino le dice ‘Aquí estoy’. Así empieza ese camino para estudiar, para prepararse para ser útil a su gente, para que su pueblo viva en paz”.

Finalizando su mensaje, Mons. Laxague afirma: “Queridos peregrinos, me parece que en esta mañana iniciando los festejos del cumpleaños de Ceferino, él nos invita a salir al encuentro de Dios, o mejor aún, a descubrir que Dios sale a nuestro encuentro. Tenemos que aprender a escuchar a Dios, que tiene cosas importantes para decirnos… A responder a Dios ‘Aquí estoy’ y poner el cuerpo para traer esa vida que Dios tiene para todos. Hace un rato decíamos que en el poncho podemos encontrar cobijo o sombra, pero conociendo la historia de este poncho, descubrimos mucha fe. Y tanta presencia de Dios que nos dice: cuidá tu fe, no dejes de escuchar a Dios, decile sí a Dios, convertí tu fe en Dios en servicio para los demás”.

Culminada la misa, se invitó a los presentes a saludar a la imagen de Ceferino Namuncurá y se realizó un festejo simbólico del cumpleaños que contó con una gran torta que todos pudieron probar. Allí, los y las estudiantes del Instituto Salesiano de Luis Beltrán, expusieron sus banderas en homenaje a Don Bosco y a Ceferino.

Si bien ya se empieza a acercar la gente a Chimpay, se espera que a partir del viernes 29 de agosto empiecen a llegar los jinetes y los ciclistas, para tocar la imagen, acariciar su poncho, pedir y agradecer, dando inicio a un fin de semana de una verdadera celebración de la fe en este lugar de la Patagonia.

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