Entre el 31 de agosto y el 1 de septiembre se realizó, en La Misión Salesiana de Río Grande, el encuentro para comunidades de animadores de experiencias oratorianas que lleva por nombre “Ser Oratorio nos hace soñar”. El mismo fue animado por el Equipo Inspectorial de Oratorios y finalizó con esta experiencia formativa la realización de la misma en todas las regiones de la Inspectoría.
Participaron 80 animadores y animadoras pertenecientes a comunidades oratorianas y otros grupos de las Casas Salesianas de la región Patagonia Austral.
Respondiendo al objetivo del encuentro de formarnos y de motivar a las comunidades de animadores de experiencias oratorianas, desde una lógica comunitaria, a reconocer al oratorio como un sueño vivo que los hace hijos e hijas de Don Bosco y parte del proyecto de Dios, que se sigue construyendo, con más fuerza, en los tiempos de mayor vulnerabilidad es que el encuentro ofreció momentos recreativos, reflexivos, y celebrativos, tanto de trabajo personal como comunitario.
A su vez, durante el encuentro hubo momentos de trabajo en donde las y los participantes fueron divididos según su rol y trayectoria. Por un lado, asesores, asesoras, coordinadores, coordinadoras, referentes y otros adultos participantes de las experiencias oratorianas trabajaron en conjunto para poder acompañar la identificación con un proyecto local de Casa donde se expresan sus opciones fundamentales.
En simultáneo, los animadores y animadores pudieron formarse circulando por diversas propuestas que invitaron a conocer integralmente al Oratorio como una experiencia de Iglesia, cimentada en el compromiso sociopolítico y asumida como un proyecto que se vive y anima en comunidad, desde sus orígenes hasta la actualidad.
Ser Familia, ser Obra y ser Misión. Estos fueron los tres bloques de trabajo, reflexión y oración sobre los que se construyó el encuentro.
Algunos de sus participantes finalizaron el encuentro compartiendo cómo volvían a sus comunidades:
“Me generó mucha alegría escuchar la fuerte presencia de Jesús y Don Bosco en la misión compartida que tiene cada uno. Fue interesante conocer y reflexionar acerca de la misión que tenemos, como comunidad, grupos e individualmente. Preguntarnos y acompañar en la pregunta por los nuevos “cómo” y por cuál es el sentido y fundamento de nuestra misión cotidiana”.
“Quería agradecerles de corazón lo vivido en estos dos días, me encanta sentir vibrar a don Bosco vivo en las rondas de compartidas, y ojala que cada vez se generen más espacios de encontrarnos como estos. Fue una experiencia tan linda y tan salesiana…”.
“Hace tiempo que formo parte de formaciones y encuentros entre casas pero encuentro compartido, tuvo algo especial. La profundidad de los temas planteados nos ayudó en lo personal, en la comunidad y entre todos a tomar dimensión de nuestra misión educativo pastoral con y desde las y los jóvenes pero desde la vivencia, no sólo desde el plano racional y teórico. Lo sentí como una experiencia que le habló a la vida”.
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