En las periferias de Bahía Blanca, poco a poco, fue naciendo un oratorio que se llama Tierra de Don Bosco. Allí, en un espacio de crecimiento desde lo pequeño, pero soñando en grande, hoy celebran haber hecho realidad la posibilidad de tener un techo propio.
“Gracias al esfuerzo de muchos, pero sobre todo gracias a la generosidad de Anabela Aburto y a su familia, que nos cedieron un espacio de su terreno para concretar este proyecto que será, según nuestros sueños, un espacio de crecimiento comunitario en respeto, solidaridad y unión”, declaró una de las referentes de la propuesta, Silvana Rochón.
Tierra de Don Bosco es un oratorio que desde hace tiempo recibe a chicos y a chicas del barrio para, a través del juego, buscar la promoción de una vida digna para todos.
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