La Casa Madre Salesiana de Turín-Valdocco recibió del 6 al 10 de septiembre a los participantes que llegaron de todo el mundo salesiano para vivir el III Seminario para la promoción de las Causas de Canonización y Beatificación de la Familia Salesiana.
La cita, coordinada por la Postulación General para las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, presidida por el P. Pierluigi Cameroni, reunió a más de 80 personas representantes de los distintos grupos de la Familia Salesiana de todo el mundo.
Entre los participantes, estuvo presente el P. Pedro Narambuena, representando a la Inspectoría de Argentina Sur.
El seminario, ahora en su tercera edición, tras las de 2016 y 2018, busco transmitir a los participantes una mayor conciencia y competencia en este servicio que es un auténtico ministerio en la Iglesia y en la Familia carismática de Don Bosco. De forma indirecta, recuperó y difundió la atención a la santidad en todas sus formas y en las personas concretas en las que se manifiesta como testimonio de la bondad del Padre que ha hecho resplandecer en ellos la obra de la redención; como posibilidad concreta de vivir el Evangelio, dejándose inspirar por el testimonio de los santos; como experiencia profunda de la unidad de la Iglesia, peregrina en la Tierra y triunfante, junto a Cristo, en el Cielo.
“Se trata de hombres y mujeres que han hecho resplandecer con singular luz el carisma salesiano”
En la última jornada, el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime, compartió el encuentro con los participantes y afirmó: “Con humildad y un profundo sentido de gratitud, reconocemos en la Familia Salesiana un gran árbol con muchos frutos de santidad”.
“En mi carta al final del II Seminario para la Promoción de las Causas de Beatificación y Canonización de la Familia Salesiana en 2018, escribí: ‘Desde Don Bosco hasta nuestros días reconocemos una tradición de santidad a la que merece atención, porque es la encarnación del carisma que se originó en él y que se expresó en una pluralidad de estados de vida y formas. Se trata de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, consagrados y laicos, obispos y misioneros que, en contextos históricos, culturales y sociales diferentes en el tiempo y en el espacio, han hecho resplandecer con singular luz el carisma salesiano, representando un patrimonio que desempeña un papel eficaz en la vida y la comunidad de los creyentes y para las personas de buena voluntad’”, declaró.
Seguido, detalló algunos posibles indicadores de santidad. Entre ellos, destacó: “Ser personas y comunidades de oración”, “Desarrolla el fruto del Espíritu Santo”, “Practicar las virtudes”, “Dar testimonio de la comunión”, “Reconocer la reputación de santidad y de signos”.
A modo de conclusión, el Rector Mayor explicó: “Aprovechando la oportunidad que Dios le da en Jesucristo para escuchar y acoger su Palabra, los santos inyectan en la historia de la humanidad la energía limpia del amor, del perdón, de la fraternidad, de la mansedumbre y de la paz. Por su gran bondad hacen más hospitalaria la ciudad del hombre y más luminosa la ciudad de Dios, que es la Iglesia. Los santos cambian el mundo, pero también la Iglesia, hecha más evangélica y más creíble por su testimonio”.
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