Frente a las situaciones violentas que se ven en estos días en los medios de comunicación en la ciudad de Rosario a causa del narcotráfico y el crimen organizado, el Equipo Nacional Salesiano de prevención y consumos problemáticos (ENSA), reunido este fin de semana en la Casa de las Hijas de María Auxiliadora de La Boca, declaró: “adherimos al comunicado Rompamos el silencio que mata, de la Pastoral de Barrios Populares y de la Pastoral de Drogadependencia, de la Arquidiócesis de Rosario”.
Y agregó: “Nos sumamos a este pedido de un compromiso más concreto de parte del Estado para acompañar estas realidades tan complejas. Pedimos respuestas más visibles y en articulación con quienes ya vienen trabajando en el territorio (movimientos, asociaciones, Iglesia, etc.) y de esta manera acompañar las vidas amenazadas”.
“Cuando el estado se ausenta (…) otros actores terminan ocupando su lugar”
El comunicado Rompamos el silencio que mata declara: “Creemos en la clase política, pero debe salir de la grieta de los relatos y unirse para hacer de nuestros barrios un lugar donde todos podamos vivir con dignidad; no lo logrará si no abandona la violencia discursiva y erradica de sus filas a quienes por acción u omisión son cómplices de una corrupción que mata”.
Y pide: “Hoy necesitamos programas que permitan promover la contención comunitaria de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de los barrios vulnerables. Los mismos deben ser sostenidos en el tiempo generando una red de acompañamiento que les facilite su participación en el sistema escolar, en la capacitación de oficios, en la inclusión en el mundo del deporte y del arte.”
“Cada año somos testigos del vacío institucional que se vive en el período vacacional –prosigue el mensaje de la Arquidiócesis de Rosario–, donde quedan pocas alternativas de contención, al igual que los fines de semana. Cuando el estado se ausenta y no se apoya a la comunidad en las iniciativas de inclusión, otros actores terminan ocupando su lugar ofreciendo dinero fácil, violencia y muerte”.
Entonces, reclaman: “Le pedimos al Poder Legislativo nacional, provincial y municipal que puedan ser ágiles en la creación de leyes y ordenanzas, que teniendo en cuenta la experiencia de las organizaciones sociales y religiosas que vienen realizando trabajo comunitario en los barrios, sirvan para dar un marco normativo a la creación de nuevos dispositivos de contención y acompañamiento que tengan que ver con:
- Tratamientos residenciales comunitarios para niños, niñas y adolescentes con problemas de consumo.
- Tratamientos residenciales para las personas que padecen consumos adictivos.
- Casas asistidas para personas con problemas de salud mental.
- Centros residenciales para mujeres con o sin hijos que son víctimas de violencia de género y o de consumos adictivos.
- Refugios para personas en situación de calle.”
Para leer la versión completa del comunicado Rompamos el silencio que mata, hacer click aquí.
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