Los integrantes del Equipo de Pastoral Aborigen (ENDEPA) con la adhesión de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen (CEPA), reunidos durante los días 1 al 3 de Diciembre, habiendo analizado la situación de alta conflictividad en territorios indígenas de todos el país, en especial en la Patagonia y recientemente en la comunidad Mapuce Lafken Winkul Mapu en la zona del lago Mascardi (Río Negro), que en la represión del día 25 de Noviembre se cobró la vida del joven Rafael Nahuel de 22 años y dejó numerosos heridos, manifestamos nuestra más honda preocupación, expresamos un repudio enérgico y denunciamos estos hechos como violatorios de los derechos esenciales de las Comunidades Indígenas.
En momentos de profundo dramatismo, tensiones y recrudecimiento de la violencia estatal, consideramos auspiciosa la conformación de la “Mesa de Diálogo” que se reúne en Bariloche para atender el conflicto particular que se suscita en la zona de Lago Mascardi y de la “Mesa Nacional para la Paz y el Diálogo Intercultural” presentada el día 30 de Noviembre de 2017. Hemos adherido a ambos espacios por entender que habilitan instancias pacíficas como herramientas de encuentro y transformación, frente a la intolerancia y al uso de la fuerza de modo desmedido.
Los Pueblos Indígenas en Argentina han sufrido un despojo histórico que continúa y se consolida con mayor violencia cada vez que los gobiernos ignoran su preexistencia ya reconocida por la Constitución Nacional, su relación vital y espiritual con la tierra y sus reclamos históricos. Frente a ello, con distintas formas y estrategias de lucha, resisten hace más de cinco siglos su exterminio en defensa de su tierra, su cultura y su identidad. Creemos que los conflictos actuales tienen origen en este despojo y en el incumplimiento de sus derechos fundamentales, especialmente en relación con sus tierras, bienes naturales, acceso a la justicia, educación, salud y otros servicios básicos.
Desde ENDEPA hace años venimos acompañando a los indígenas en su camino de vida, de luchas, de tristezas, de sueños y alegrías, respetando su autodeterminación y enriqueciéndonos mutuamente. En nuestra última Asamblea Nacional, realizada en octubre pasado, reafirmamos nuestro compromiso con las comunidades indígenas. Insistimos en la necesidad de que toda acción relacionada con los Pueblos Originarios deba anclarse en la reconstrucción de sus propias memorias y en una verdadera reparación histórica, considerarlos como sujetos plenos de derechos, respetarlos como Naciones particulares con cosmovisiones propias, reconociendo que ninguna cultura es superior a otra, como así también incentivar la no violencia y el fortalecimiento de las esperanzas.
Por todo ello, y en nombre de Dios hacemos un llamado urgente a las autoridades del Estado a cesar en la utilización irracional del aparato represivo contra comunidades indígenas, a acercarse a ellas en busca de diálogo de buena fe, a reconocer las vulneraciones sufridas históricamente, a atender a sus demandas y a procurar encontrar respuestas pacíficas a los conflictos respetando las normas jurídicas y los compromisos de Derechos Humanos asumidos a nivel internacional. Sólo así podremos avanzar en la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y donde quepan todas las culturas.
La Bolsa, Córdoba, 3 de Diciembre de 2017.
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