Un gesto de hermandad entre la Casa Salesiana y la parroquia

Cuando la historia se hace presente y el patrimonio se valora como un bien que pertenece a todos, suceden cosas como esta: el viernes 4 de febrero fue trasladada la pila bautismal desde el Museo Regional Salesiano de Rawson a la Parroquia María Auxiliadora de la misma ciudad. Luego, el sábado 5, las primeras bautizadas fueron Atenea y Martina, en una celebración que presidió el nuevo párroco diocesano Adrián Mari.

Esta pila bautismal se instaló el 23 de febrero de 1924. Fue una donación de la suegra del sr Engo Granotich. Lo que se cree es que la pila fue trasladada al Museo Regional Salesiano luego del Concilio Vaticano Segundo (1962-1965) ya que se trabajó mucho en la promoción de la fe y acercamiento a la sociedad, entonces una de las medidas que tomaron fue retirar la pila y reemplazarla por una fuente de acero inoxidable, un objeto mucho más austero.

“Es un gesto muy significativo para las dos instituciones. En Rawson ya no hay curas salesianos y es muy importante para nosotros construir una relación de colaboración mutua. Tanto la diócesis como nuestra Obra están pasando por un momento de transición con la llegada de un nuevo cura, el P. Adrián Mari y una nueva dirección en la Casa Salesiana encabezada por Cintia Sepúlveda. Este contexto contribuye al fortalecimiento de esta relación para enriquecerla trabajando en pos de objetivos pastorales comunes”, explicó el vicedirector de la Casa y responsable de la comunicación, Maximiliano Gianotti.

Y puntualizó: “Por eso, el traslado de la pila bautismal a la parroquia representa un gesto de hermandad, de amor y de esperanza para toda nuestra comunidad hacia un horizonte de trabajo en conjunto entre estas dos instituciones fundacionales y centenarias”.

 

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